El Madrid aprovecha la revolución juvenil

Impulsado por los jóvenes y la desastrosa defensa del Mallorca, el Real Madrid se dio el primer festín de la temporada. Partido tranquilo, media docena de goles, hat-trick de Asensio y una maravilla inédita de Benzema, tan novedosa que alimentó opiniones contrarias: ¿fue deliberado el control con la espalda que precedió a su gol o se aprovechó de un rebote afortunado? El gesto de Benzema apunta a la voluntariedad en uno de esos controles de los que apenas hay noticias en el catálogo del fútbol.

La alineación del primer Madrid de la temporada, en Mendizorroza, tenía un promedio cercano a los 30 años, frontera poco optimista para el largo curso que se avecina. En las dos últimas temporadas, la mezcla entre veteranos y jóvenes no ha terminado de funcionar. Zidane se inclinó por los veteranos. Por las razones que fueran, Odegaard, Vinicius, Rodrygo, Jovic y Asensio no funcionaron, con un efecto limitador en un equipo que exigió esfuerzos abrumadores a Modric, Casemiro y Kroos. Benzema, deslumbrante toda la temporada, también pagó la fatiga en los últimos encuentros.

Si el Madrid pretende un año más robusto, necesitará de varios jugadores sobre los que todavía no existe veredicto en el Bernabéu. En cualquier caso, resultarán cruciales. De su buena o mediocre aportación dependerá en gran medida el destino del equipo. Su numerosa presencia en la alineación que se enfrenó al Mallorca alivió el desgaste de Modric y Casemiro, pero más importante fue la naturalidad del juego. Aunque se benefició de las concesiones defensivas de un rival muy tierno, el equipo se desplegó con ligereza, verticalidad y precisión.

Si en Vitoria, el Madrid presentó un promedio de edad altísimo, contra el Mallorca lo rebajó en varios años. Camavinga no ha cumplido 20 años. Miguel Gutiérrez (20), Rodrygo (20) y Vinicius (21) están en los albores de su carrera. A Valverde (23) y Marco Asensio (25) les quedan muchos años por delante. Se reunieron y todos salieron favorecidos del encuentro. Y el Madrid, más que nadie.

Benzema se elevó sobre los demás con otra actuación excepcional, pero Marco Asensio protagonizó los mayores comentarios. Después de su triste final de temporada y de una gris actuación en los Juegos de Tokio, Asensio apenas ha jugado en el arranque del campeonato. En los días previos al partido se habló de conflicto con el entrenador. Sin rastro del futbolista que tanto ilusionó en sus dos primeros años en el Real Madrid.

Contra el Mallorca, Ancelotti le sacó del extremo derecho, posición que nunca le ha convenido a Asensio. En el mejor de los casos aprovechaba el remate con la izquierda. Jugador potente en la conducción, Asensio no es un habilidoso, no al menos en el aéreo y seco estilo de los regateadores. De parado no encuentra la manera de desbordar. Su zurdera le empuja a detenerse, girarse y colocar el pase y el centro, lo que le vuelve previsible. Se le nota que sufre.

Asensio pide a gritos jugar por dentro. Ancelotti se lo concedió esta vez. Asensio se sintió liberado, con un panorama más amplio para el juego, para romper líneas en la conducción, para alcanzar el área y sorprender a la defensa, para hacer goles. Es decir, todas las cualidades que le adornan y se le restringen cuando le colocan en la raya lateral.

Sale beneficiado de su buen partido y de los tres goles que marcó. Asensio sigue lejos de la titularidad, pero mucho más cerca de la presencia en las rotaciones habituales de Ancelotti.