McLaren ahora sí hace podios

A los aficionados deportivos menos especializados, que son la mayoría, y a los que evitan el forofismo, que también suman más, aunque hagan menos ruido, a veces les cuesta entender ciertas verdades que se ondean como absolutas en el deporte. En la Fórmula 1 hay varias, especialmente esa que coronaba a Fernando Alonso como el mejor piloto del Mundial, según una fuente tan vaporosa como es el paddock, aunque encadenara malos resultados y retiradas. Una afirmación sostenida también a pesar de que otros coetáneos luzcan más títulos, como es el caso de Lewis Hamilton, que suma seis, y Sebastian Vettel, cuatro. Ante estos nombres, el argumento siempre era el mismo: el coche. Como si conducir el McLaren de 2007 o el Ferrari del último decenio significara ir descalzo.

Otra verdad absoluta de estos últimos años es que el McLaren de Alonso era una tartana. Primero se señaló con insistencia a la ineficacia del motor Honda, con el que Fernando coleccionó 18 retiradas en tres temporadas y un décimo puesto como mejor clasificación final del campeonato. La escudería británica solucionó el problema con un viraje hacia Renault, para disgusto de la fábrica japonesa, lo que no impidió que el español abandonara en otras seis ocasiones y acabara undécimo en 2018. Después de aquello, Alonso se marchó de la F1, aburrido de no ser competitivo, en busca de otros desafíos muy meritorios. Y entonces, el motor Honda comenzó a ganar grandes premios con Max Verstappen en Red Bull. Y el McLaren, que sigue con Renault, se ha subido dos veces al podio: el año pasado en Brasil, con Carlos Sainz, y el domingo en Austria, con Lando Norris. A esto hay que añadir que Sainz finalizó sexto el Mundial 2019. Fernando tenía 24 años cuando hizo campeón a Renault. Carlos y Lando tienen ahora 25 y 20. ¿Habrá que preguntarse por qué el McLaren actual sí anda?

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