
La segunda nadadora de la historia con más medallas mundialistas, 23, merece como nadie el Premio AS a la Trayectoria en el año de su retirada. Hija de reumatólogo y traumatóloga, se crió entre el arte, la rítmica y el mar de Menorca. La sincro la hechizó, y ella devolvió esa pasión con auténticos hitos.