Hamilton, seis veces leyenda
Gran doblete de Mercedes con victoria de Bottas delante del británico y Verstappen tercero. Desastroso Ferrari y octavo puesto de Sainz, con un incidente en la salida.
Lewis Hamilton intentó la machada para celebrar con una victoria su sexta corona, pero no fue posible. El británico se inventó una estrategia imposible que ya debería llevar su nombre, la de aguantar en la pista por si pasa cualquier cosa y hacer una parada menos que sus rivales, aunque eso suponga acabar la carrera con unos neumáticos impracticables. Funcionó en México, pero en Austin Valtteri Bottas estaba inspirado y quería derrotar a su compañero, al hexacampeón del mundo. Al final todos contentos, porque el finlandés adelantó sin miramientos a Lewis en el segundo intento, a tres vueltas del final, sin necesidad de apurar la frenada de la peligrosa Curva 12. Desde la pole, el escudero resignado certificó un gran triunfo, el séptimo de su carrera, pero una vez más los focos y los flashes se van hacia otro lado.
Verstappen completó el podio y plantó batalla hasta el final, pero le faltaron un par de vueltas para aprovecharse de su ventaja estratégica y superioridad de gomas. Tenía ritmo el Red Bull, pero no tanto como para aspirar a un triunfo el día que Mercedes sí corrió a fondo desde la primera hasta la última vuelta. Eso explica, por ejemplo, que Leclerc acabase a más de 50 segundos de la cabeza de carrera con un Ferrari imberbe, pobre y triste, quizás el peor de la temporada. Aunque peor le fue a Vettel, que desde la salida se encontró con una máquina inconducible y le pasaron todos, acusando un “subviraje masivo” hasta que se rompió la suspensión trasera y tuvo que abandonar.
Sainz acabó octavo en una carrera que se torció en la arrancada. No fue mala, porque se emparejó con Alex Albon, pero el tailandés no tenía por dónde pasar en la Curva 1 y tocó al madrileño, forzando al McLaren fuera de la pista. Eso hizo perder tiempo y posiciones a Carlos, que caía de la séptima a la novena plaza y se disponía a remontar. Pudo con Gasly, pero no con Ricciardo y Norris, quienes le cazaron en ese incidente de la primera vuelta. Aun así, buenos puntos para Woking que compensan el sexto puesto de Renault.
En cualquier caso, la carrera esta vez estaba delante con tres coches luchando por la victoria, un Ferrari en tierra de nadie y una zona media muy comprimida que cerró Kvyat en los puntos. Y delante, también, los dos Mercedes. Exhibición de poderío, victoria para uno y Mundial para otro. El epílogo ideal para una temporada arrasada por las flechas de plata casi desde el primer entrenamiento libre. Un equipo de ensueño, un escudero ideal y un campeón de leyenda coronado en Austin por sexta vez.