The Curse of Monkey Island
The Curse of Monkey Island
Has conseguido encontrar la enervante, execrable, completa y malediciente solución a THE CURSE OF MONKEY ISLAND
Empecemos por Van Helgen, el pirata elegante. Hay que ir al teatro y recoger el guante del abrigo pirata (Megamonkey: hay que localizar el bolsillo, examinarlo, y el guante está dentro). Luego hay que atizar al pirata con el guante, así que le retamos.
Cuando nos dan a escoger el armamento para el duelo, hay que cerrar las tapas de las cajas de las pistolas para poder seleccionar el banjo que hay detrás. El duelo empieza, y es uno de guitarristas, hay que repetir los acordes que Van Helgen hace. En el modo normal las cuerdas del banjo aparecen en texto debajo, pero sólo es cuestión de pulsar las cuerdas que acaban cada acorde igual que Van. Sin embargo, al final, Van Helgen se arranca con un solo de guitarra digno de Agnus, así que Guybrush, que no pasó de segundo de solfeo y tiene menos oído musical que El Bárbaro, vuelve a las cajas de armamento, recoge una pistola, y dispara sobre el banjo. De este curioso modo se gana la lealtad de Van Helgen.
Pasemos a Bill El Degollador. El único tesoro en todo Puerto Pollo es el diente del propietario de la pollería. Y éste se muere por hincarle el diente a algo crujiente. Mirad en el suelo de la barbería, ese objeto azul... ¿no será un caramelo? ¡Recogedlo, malandrines!
Megamonkey: para ver lo mismo en el suelo, hay que empujar dos veces a Bill, pues se está comiendo el caramelo.
Una vez con el caramelo lleno de pelos y babas [puajjj], Guybrush se encamina a la pollería y hace solemne entrega del azucarado alimento al propietario de la pollería.