Un gol de Mendy evitó que el Madrid se marchase con un empate a cero después de jugar 72 minutos con un hombre más. Sin Benzema, Zidane no encuentra un goleador de garantías.
Casemiro, Modric y Kroos arreglaron al equipo en el difícil partido de Zorrilla. El portero recupera su prestigio.
Quizá porque Casemiro, Modric y Kroos han conseguido la coralidad perfecta, los tres vuelven a disfrutar en el campo.
Zidane uso una variación del sistema ante el Getafe: tres centrales, un carrilero largo, un jugador sin adscripción, Modric organizando el juego y mucho movimiento por delante.
El Real Madrid necesitó en Huesca una remontada pura y dura y lo consiguió con un invitado especial: el talento balear. Bajo amenaza de tormenta crítica, fue el Asensio soñado.
Con el equipo hundido por los resultados, a Zidane no le quedará más remedio que, a partir de febrero, repetir la magia en la Champions.
Sus veteranos no tienen descanso. Modric, Kroos, Casemiro y Benzema son los mejores. No tienen sustitutos a su altura y se exprimen en un calendario infernal, sin descanso, con un alto riesgo de lesiones musculares.
El recorrido del equipo blanco en los últimos partidos señala una crisis que ha pasado de preocupante a grave.
La ecuación que hacen los que se enfrentan al Madrid es sencilla: descuentan al menos dotado para resolver situaciones ofensivas. Mendy llega mucho, pero soluciona muy pocos ataques.
Osasuna hizo lo que se esperaba, defenderse con energía y orden. El Madrid no se acercó ni de lejos a lo que se anticipaba.
El extremo mallorquín jugaba con la tensión baja y ahora amenaza de verdad, diferencia sustancial con su anterior versión.
El pequeño y vacío campo de Ipurua escenificó un partidazo entre el mayor portaviones del fútbol mundial por presupuesto y el equipo que representa a un pueblo de 30.000 habitantes.
La Liga es larga y pocos se acordarán de este partido, bien peleado por el Athletic y mal interpretado por el Real Madrid.
El Real Madrid confirmó su veloz crecida con una victoria inapelable, de gran valor en la clasificación de la Liga y de constatación de las posibilidades en el juego.
Su caso es excepcional: con 35 años, Balón de Oro y cuatro Copas de Europa, su influencia es aún exagerada.
Encontrar al Real Madrid requiere minucia, es difícil detectarle en sus muchas y mareantes versiones. Todo indica que funciona mejor ante equipos de prestigio.
Al Real Madrid le cuesta una barbaridad completar un competente partido de punta a punta. En el mejor de los casos, es un equipo de ratos o de ratitos.
El meta resultó ante el Alavés la metáfora perfecta de un Real Madrid que se ha vuelto regalón. El belga cometió errores impropios del fútbol profesional.
Media hora sensacional colocó al Real Madrid donde merecía en San Siro, escenario adecuado para su rehabilitación y para el recuerdo a Maradona.
El que ama el fútbol se quedará con la colección de jugadas que desplegó el genio y que alcanzó su cota en el segundo gol de Argentina a Inglaterra. Maradona elevó lo extraordinario a la categoría de cotidiano. Fue arte en estado puro.
El Madrid atacó poco cuando el Villarreal estaba desorientado y pasó una mala segunda parte. Le cuesta una barbaridad completar un buen partido, tanto en el juego como en el plano físico.
El partidazo de Sevilla tiene más valor simbólico que estrictamente competitivo. Puede interpretarse como un éxito menor, pero la impresión fue grandiosa.
Todo indica que la Selección es un estupendo proyecto en marcha, pero comienza a atisbarse el veneno de la impaciencia.
Ante Holand Canales tuvo una actuación impecable en el primer tiempo y Unai Simón, Koke y Morata salieron con buena nota. Peor sensación ofreció Asensio.
Únicamente el entrenador francés conoce si las ausencias de Kroos o Mendy estaban justificadas, pero lo cierto es que se les echó de menos.
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