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Del éxtasis a la agonía en dos semanas

Dos semanas después del éxtasis, al Real Madrid le llegó la agonía, destrozado por el Barça en un partido que siempre es mucho más que un partido. El volumen de la derrota fue de tal magnitud que dejó un reguero de preguntas. ¿Fue casual? ¿Señala problemas estructurales? ¿Apunta consecuencias a corto plazo y el enfrentamiento con el Chelsea a la vista? ¿Explica el desastre la ausencia de Benzema? ¿Cuestiona al técnico y a la plantilla? ¿Invita a una transformación, una renovación o una revolución? La mayoría de esos interrogantes se despejarán en la recta final de la temporada. En algunos casos, no figuraban entre las preocupaciones del madridismo, pero la magnitud de la derrota ha abierto un flanco de desconfianza en el equipo.

El Barça no dejó el menor consuelo al Madrid. Venció con los cuatro goles que marcó en la primera hora del encuentro. Ofreció tal sensación de superioridad que la diferencia se quedó corta, en buena medida por las intervenciones de Courtois, el único jugador del Madrid que salvó su prestigio, y también por varios errores en los remates. Fue un equipo mejor y con más orden, ideas y vitalidad. Por momentos se detectó un Barça que progresa a toda máquina y otros que declina, o en el mejor de los casos se encuentra estancado.

Como siempre, el clásico del fútbol español acentúa los rasgos. Impresionó tanto la regresión del Real Madrid como la brillantez del Barça. Algunos de sus futbolistas –Araújo, Pedri y después Gavi y Nico– nunca habían jugado en el Bernabéu, pero funcionaron como expertos veteranos. Se adaptaron al partido como un guante, al contrario que los jugadores del Real Madrid, todos curtidos en mil batallas.

El shock en el Madrid fue parecido al del PSG hace dos semanas. Dos equipos colapsados, con una ventaja para el Real Madrid: puede redimirse. Tiene la Liga casi en su mano, por mucho que le invada la desconfianza, y pronto regresa a la Copa de Europa, su competición fetiche. En cualquier caso, el Madrid está obligado a resolver su descosido frente al Barça.

Courtois, Kroos, Modric, Militao y Casemiro, tras el segundo gol del Barcelona en el Clásico del domingo.
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Courtois, Kroos, Modric, Militao y Casemiro, tras el segundo gol del Barcelona en el Clásico del domingo.JAVIER GANDULDIARIO AS

Ancelotti se reconoció como el primer responsable del desastre. No le falta razón. El equipo se desarmó muy pronto. El técnico evitó la presencia de un delantero centro convencional y colocó a Modric en una posición adelantada. Le sacó del lugar que le conviene y le colocó donde resultaba inconveniente. Dos problemas en uno. El tres contra tres en el comienzo del segundo tiempo estuvo a punto de incrementar la catástrofe. Dembélé, Aubameyang y Ferran Torres se dieron un festín.

La ausencia de Benzema explicó la importancia capital del jugador francés. Es un goleador, un gran futbolista y un fantástico estratega. La alineación, sin un delantero que amenazara a Piqué y a Éric García –bajo sospecha toda la temporada–, también fue una declaración en toda regla. Ancelotti descartó a Hazard, Mariano y Jovic. En cuanto a Bale, que conoce la posición y la ha reclamado en ocasiones, no figuraba en la convocatoria, aunque todas las apuestas le sitúan como titular de País de Gales en la repesca del Mundial. Entre los cuatro suman 300 millones de euros en gastos de fichaje. Había delanteros. No se utilizaron (Mariano apareció en el segundo tiempo).

El Madrid ha ofrecido síntomas muy preocupantes durante la temporada, solucionados con resultados que ocultan los defectos frente a rivales competentes, enérgicos y decididos. A todos (Inter de Milán, Sevilla, Athletic y PSG) les sobró o les faltó un tiempo, pero expusieron al Madrid a ratos francamente malos. La heroica con el PSG pasará a la historia. Sin embargo, el 75% de la eliminatoria fue dominada por el equipo francés con una claridad incontestable.

Dos semanas sin Liga aliviarán el shock en un equipo de gente experta, pero no inagotable. El partido con el Barça no rejuvenecerá a Modric, Casemiro y Kroos, tres fenomenales centrocampistas que a día de hoy no presentan alternativas fiables. En el Clásico también se apuntó este problema, uno de los muchos que reseñó el partido y que no se resolverá esta temporada. Es una asignatura para este verano y no la resolverá la llegada de Mbappé.