El serbio volvió a ser ante Del Potro el rival exasperante que fue tiempo atrás, gracias a su inteligencia táctica, un repertorio de golpes excelso, una consistencia a prueba de bombas, unas piernas incansables, una gran autoconfianza y una mentalidad ganadora. Era cuestión de tiempo que estuviera de vuelta. A todos los seres humanos nos afectan los cambios y en estos años Djokovic ha sido padre en un par de ocasiones, rompió temporalmente con su equipo técnico de siempre y sufrió una lesión de codo que le obligó a pasar por el quirófano. Pero obviamente no se ha olvidado de jugar al tenis. Tras un inicio de año algo dubitativo, ya suma los títulos de Wimbledon, Cincinnati y el US Open y vuelve a amenazar el renacimiento de Federer y Nadal.
En un partido muy táctico, Djokovic mantuvo a raya los derechazos impresionantes de Delpo. Nunca antes se vio golpear con semejante potencia, control y regularidad a ningún tenista. Ni siquiera al chileno Fernando González. Es una bendición que podamos disfrutar de ellos gracias a la televisión en alta definición. Con los televisores y la calidad de imagen de hace 15 años sería imposible seguir la trayectoria de la pelota. Afortunadamente, y contra lo que cacarearon muchos tiempo atrás, la potencia no ha acabado con el tenis. Jugar al tenis es mucho más que pegarle muy duro a la pelota. Y que no se entienda esto como una crítica a Delpo, que es un grandísimo jugador con una historia de superación increíble a sus espaldas. Y así lo reconoció el serbio, buen amigo del tandilense.
Treintañeros al poder
Las molestias de Nadal vuelven a disparar las alarmas
De las lágrimas de Naomi Osaka a un circuito WTA poco competitivo
La joven japonesa acabó pidiendo perdón al público por haber ganado. Surrealista. El momento más obsceno de todos. Hasta la propia Serena tuvo que pedir al respetable que dejase de abuchear durante la entrega de premios. Ceremonia en la que la organización evitó premiar al juez de silla como es costumbre. Insisto en que Ramos hizo bien su trabajo y no entiendo ese desaire. Pero una cosa son las reacciones en caliente, siempre entendibles, y otra los análisis posteriores. La ausencia de crítica en la prensa norteamericana y en la propia WTA, que parece haber comprado el argumentario sexista, son más preocupantes aún. Parece como si se entendiera de forma natural que Osaka no es igual de importante que Serena. El caso es que ella ganó el título, algo histórico para su país, pero medio mundo solo habla de su rival. Serena debe ser la que pida disculpas en público a Osaka y a Ramos, casualmente a quien ella se lo exigía a gritos en sentido contrario.
Naomi Osaka se une al grupo de talentosas tenistas que han logrado ganar un grande en los últimos años. Al contrario que en el circuito masculino, aquí sí está la gloria más repartida. Pero esto no es precisamente síntoma de que el circuito sea mejor. Casi nadie conoce los nombres de las treinta primeras del ranking, ni es fácil distinguir distintos tipos de juego o personalidades en la pista. Aunque hay ilustres excepciones como la propia Serena, Halep, Wozniacki, Kvitova... Un circuito que hicieron grandes rivalidades como las protagonizadas por Navratilova y Evert, Graff con Arantxa Sánchez o Seles, Serena-Henin... Esperemos que Osaka haya llegado para quedarse por el bien del circuito femenino, argumentos tenísticos tiene de sobra.