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¿Cobra demasiado un deportista?


Hay un debate eterno sobre la justicia de lo que gana un deportista profesional. En realidad, la discusión se centra en las grandes estrellas de los deportes mayoritarios. ¿Merece Cristiano Ronaldo ganar tanto dinero? ¿Y Peyton Manning? Yo siempre he creído que sí.

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Los sueldos más altos de la NFL superan los 15 millones de dólares anuales. Los futbolistas mejor pagados rondan los 10 millones de euros. Es una cantidad más o menos similar, que además se sigue engordando con los contratos publicitarios y de imagen que pueda firmar cada estrella. Muchísimo dinero.

Incluso los peor pagados ganan bastante más que cualquiera de nosotros. El salario mínimo para un jugador novato en la NFL supera los 300.000 dólares. Ya, yo también me sorprendo cuando escucho que esos serán los deportistas que más sufrirán el posible lockout. Cerca de 250.000 euros. Unos 35 millones de pesetas. Vosotros y yo necesitamos bastantes años para acercarnos a esa cifra, que es la que cobra un tipo que aún no ha debutado y que, posiblemente, ni siquiera fue elegido en el draft. Ese mínimo crece año tras año. Tras 10 años de experiencia ronda el millón de dólares. ¡Casi nada!

Os enlazo un artículo de Sports Illustrated con el salario medio de bastantes posiciones.


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¿De verdad se merecen tanto dinero? Mi respuesta es sí, y el motivo fundamental es que generan aún más. La NFL es prueba de ello. El 60% de los ingresos se van, directamente, a pagar los sueldos de los jugadores. Hay franquicias tacañas en las que la inversión se queda por debajo del límite salarial, pero, en general, los equipos se refuerzan hasta donde pueden y tienen que hacer equilibrios imposibles para cuadrar las cuentas dentro del reglamento. Dentro del staff de gerencia hay especialistas en el tema, dedicados profesionalmente a lograr la cuadratura del círculo.

También hay que pensar que un jugador debe pagar muchísimos impuestos, un alto porcentaje a su representante y que tiene unos gastos ‘de representación’ muy superiores a los de cualquier mortal. Si es espabilado, ahorra e invierte desde el primer día, con la certeza de que su vida profesional va a ser muy corta.

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Porque el otro problema es la durabilidad. La media en la NFL es de 3 años y 3 meses. Los equipos no tienen problemas para cortar a un jugador por rendimiento, edad o, simplemente, salario. Las lesiones también hacen estragos. En esta liga no hay compasión.


Algunos tendréis curiosidad, así que os contaré la durabilidad media por posiciones: Los que menos aguantan son los corredores, 2,57 años de media; los receptores, 2,81; los cornerbacks, 2,94. En el otro extremo están punters y kickers, 4,87 años. Los quarterbacks también están por encima de la media con 4,44 años.

Así que la mayoría tienen unos 40 meses para atesorar dinero suficiente para rehacer sus vidas en el futuro. No olvidéis que muchos de ellos arrastrarán toda su existencia secuelas médicas de su actividad deportiva profesional. En los últimos tiempos se han multiplicado los informes según los que la esperanza de vida de un ex jugador de la NFL es muy inferior a la de una persona normal. Las sustancias prohibidas son como las meigas, haberlas haylas, y los hígados, riñones, cerebros y corazones comienzan a fallar, en algunos casos, muy pocos años después de la retirada.

La edad también es un factor muy a tener en cuenta. Un chaval con poco más de 20 años, y en perfecta forma física, está convencido de va a comerse el mundo durante muchos años. No es fácil tener la cabeza amueblada con esa edad, y menos en el ambiente en el que se mueve un deportista de élite. Mucha gente se aprovecha de su ingenuidad. Cuando quieren darse cuenta están en bancarrota y sin marcha atrás posible.

Siempre he pensado que la vida es injusta. Algunas veces os lo he contado en otros artículos. La cabeza y la experiencia alcanzan su máximo rendimiento cuando el cuerpo ya no funciona del todo, y viceversa. Hay excepciones, pero lo dicho anteriormente es norma en la mayoría.


Así que dudo que los propietarios tengan razón al querer rebajar el porcentaje de ingresos dedicado a sueldos. Ellos son como los emperadores que año tras año deciden quien es prescindible o quién merece otra oportunidad, mientras suben y bajan el pulgar. Los auténticos actores de este drama, los gladiadores, son esos tipos con casco y coraza que se dejan la vida en el campo para disfrute de todos nosotros. Por mí, todos los ejecutivos se pueden ir a freír gárgaras. Lo que quiero es ver football. Goodell hablando detrás de un atril me aburre y no me aporta nada. Es más, me molesta porque cada cosa que propone me parece más rocambolesca que la anterior. ¿Gladiadores con espadas de madera, fieras sin garras, arena sin sangre? Para los ejecutivos, los deportistas solo son tipos prescindibles que serán sustituidos con la nueva hornada de aspirantes a carne de cañón, pese a sus sueldos aparentemente desorbitados.

No creo que los jugadores sean dignos de lástima. Pero creo que pelean por un hueco en la liga más dura del mundo y necesitan pasar una reválida implacable cada partido. Mantenerse en la cima exige un esfuerzo casi sobrehumano y, en mi opinión, eso nunca está suficientemente bien pagado.

En nuestro mundo envidioso solemos celebrar que degraden o bajen el suelo a quien gana más que nosotros, como si eso significara que vamos a mejorar nuestra situación por ello. Así que tengo la costumbre de defender que todo el que parece demasiado bien pagado merece su salario. Son todos los demás, los que ganan mucho menos, los que deberían recibir un aumento…

Ojalá todas las empresas del mundo dedicaran el 60%, 50% o incluso el 40% de sus ingresos a pagar sueldos dignos a sus empleados, acordes con los beneficios que generan. Me temo que la mayoría dedican un porcentaje muchísimo menor a esa partida.

¡Mundo de mierda!