David Ferrer llegó a una final de Grand Slam, en Roland Garros 2013, y la perdió ante Rafa Nadal. También alcanzó cinco semifinales: en Australia cayó ante Andy Murray (2011) y Novak Djokovic (2013), en el US Open sucumbió dos veces ante Nole (2007 y 2012) y en Roland Garros se cruzó con el rey Rafael (2012). El título del Masters lo acarició igualmente, pero cedió en la final ante Roger Federer. El alicantino ha tenido una soberbia carrera en el tenis, pero se topó con el Big Four. Con tres jugadores que no sólo pujan por ser los mejores de su época, sino de la historia: Nadal, Federer y Djokovic. Y con la única raqueta que supo plantar cara a este trío estelar: la de Murray. Ferrer tendría otro palmarés si no hubiera compartido esta brillante era con ellos. Aun así se defendió con honor. Y fue número tres del mundo.

Ferrer disputó el lunes su último partido en un Grand Slam. Lo hizo contra Nadal en la Arthur Ashe, el mejor rival y el mejor foro posibles, sólo empañados por su lesión. El comentarista Brad Gilbert, que fue un buen jugador, estuvo al quite y le ofreció el micrófono: “Os echaré de menos”. El Ferru sólo jugará seis torneos el próximo año, en ciudades donde ha ganado y en ciudades de casa (Barcelona y Madrid). Muchas veces escuché y leí a los especialistas que Ferrer hacía bien todo lo que Nadal hacía bien, pero un poquito peor. Era un ‘casi Nadal’. Su ausencia se va a notar en el tenis español. ¿Quién hay detrás de Rafa? Antes estaba él. En el año de su despedida aún nos dejó una gran faena, el quinto punto ante Kohlschreiber en Valencia. Ferrer ganó tres veces la Davis. En este 2018 se va Ferrer y se va la Copa Davis. Ya nada será igual.