Amarga despedida de Ferrer con retirada ante su amigo Nadal
El alicantino, que se retirará jugando solo cinco torneos en 2019, sufrió una lesión en sóleo de la pierna izquierda y tuvo que abandonar. Nadal se enfrentará a Pospisil.
David Ferrer se merecía una gran despedida en el US Open, un torneo en el que brilló especialmente en 2008 y 2012 cuando Djokovic, en ambas ocasiones, le apartó de la final. Pero el cuerpo le dijo basta a este guerrero, referente para todos los tenistas españoles y de otras nacionalidades que veían en él un ejemplo alcanzable al margen de extraterrestres como Federer, Djokovic y Nadal. Precisamente ante el balear ha dicho adiós a los Grand Slams este alicantino de 36 años que jugó también las semifinales de Australia dos veces, que fue finalista en Roland Garros 2013 y que llegó en dos oportunidades a cuartos de Wimbledon. Una lesión en el sóleo de la pierna izquierda, según él rotura, le impidió terminar un partido que había comenzado a todo ritmo ante uno de sus mejores amigos del circuito y en la cancha central de un gran torneo. El fisio no pudo hacer nada para evitar el amargo abandono de Ferrer, que había perdido el primer set por 6-3 y dominaba el segundo por 4-3 con un break de ventaja.
Ferrer, un rey sin corona, dejará el deporte que tanto ha amado y al que tanto ha dado el año que viene. Si no cambia de opinión, se despedirá de las pistas tras jugar seis torneos (Hopman Cup, Auckland, Buenos Aires, Acapulco, Barcelona y Madrid). Lo que sí confirmó nada más acabar de forma prematura el partido ante Nadal es que este ha sido su último Grand Slam. Durante 16 años solo ha faltado a uno (Wimbledon 2015) y acumula con esta 63 participaciones. Su balance es más que notable: 145-63. Le ha faltado la guinda de un título, pero no era fácil conseguirlo compitiendo directamente con la mejor generación que ha dado el tenis.
En Nueva York había apeado a Nadal en octavos de 2007, una hazaña en ese momento. Además, jugó siete veces el Masters y en 2007 rozó la victoria (la impidió Federer). Su palmarés lo adornan tres Copas Davis, una competición en la que dejará un recuerdo imborrable por su entrega en el último punto de los cuartos de este año contra Alemania. Y llegó a ser tercero del mundo en 2013. Contra el número uno, esta vez jugó como acostumbra, a tope. Sabía que tenía que imprimir un ritmo alto al partido y arriesgar. Le dio mucha velocidad a la pelota, pero para aguantar los meneos que le proponía su amigo tuvo que correr más de la cuenta y eso le rompió. Mirando al palco de su equipo dijo "no lo voy a poder acabar". Después vino la rabia del abandono y el detalle emotivo del US Open cuando el entrevistador del torneo le buscó para escuchar sus impresiones y que el público le ovacionara como se merecía. Así, agridulce, fue el adiós de un grande dentro y fuera de las pistas. Nadal, apesadumbrado por el infortunio del gran Ferru, continúa y su siguiente rival será el canadiense Vasek Pospisil. Esa será otra historia.