Perico Delgado

El ganador del Tour de Francia de 1959 ya tiene su anhelada estatua en Toledo: “He tardado más que los siete años que esperé de novio con Fermina”.

Con Miguel Indurain ya nos acostumbramos a ganar, un día tras otro, sin altibajos. El campeón de Villava era un valor tan seguro que a veces añorábamos algo más de emoción.

Podrá jugar a favor o en contra. Lo bueno de la situación es que Alberto Contador ya no tiene nada que demostrar. Puede correr para divertirse.

Los anuncios del nuevo fichaje y de la alineación para la Vuelta se perciben refrescantes para el ciclismo español. Si desde el coche no lo estropean.