CICLISMO

El tío Julio ya tiene su museo

Una cafetería temática en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) ha inaugurado una exposición permanente sobre Julio Jiménez.

Bolaños de Calatrava
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El tío Julio ya tiene su museo
JESÚS ÁLVAREZ ORIHUELA

La mayoría de allegados de Julio Jiménez (Ávila, 28-10-1934) le llaman el tío Julio. Con cariño y devoción. Muchos le acompañaron el viernes 26 de enero, en un evento muy especial: la inauguración de El Museo de Aitana, una cafetería temática en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) que incluye una exposición permanente del Relojero de Ávila.

¿Por qué entonces en esta localidad manchega y no en la ciudad amurallada? La explicación reside en Azucena Jiménez, la viuda del Chava Jiménez. Entre Jiménez queda. Junto a su actual pareja, José Antonio Martín, ha abierto este negocio en Bolaños, que han ataviado con motivos ciclistas. Julio ocupa la parte principal, pero también hay objetos de Delgado, Arroyo, Indurain, Chava, Blanco, Mancebo, Navas, Sanroma...

“A veces se habló de hacer algo parecido en Ávila, pero nunca se concretó. Azu me propuso este museo y yo accedí encantado. Desde que murió mi madre, los trofeos andaban llenos de polvo. Aquí están mejor”, dijo Julio, emocionado.

Un ciclista en acción con la siguiente placa: “Tour de France 67. Grand Prix de la Montagne. Trophée Chocolat Poulain. Jiménez Julio”. Una joya. Ganó tres veces la Montaña del Tour (1965, 66 y 67), aunque sólo recibió un trofeo en el último, que coincide con su podio: segundo.

Entre los trofeos exhibidos luce el último de sus tres premios de la Montaña del Tour: “No me dieron los anteriores”. Y un gallo Fagor de los tres que recibió por la Montaña de la Vuelta: “Los otros los tienen Ángel Martín, de Clínicas Menorca, y De la Morena en su museo, con una bici y los capotes de José Tomás”. Y una cabeza de chamois (rebeco): “Que entregaba el Tour al mejor escalador en los Alpes. Otras dos se las regalé a unas sobrinas”. Y sus tres trofeos de campeón de España, dos de montaña y el de fondo: “El maillot lo tiene Bahamontes, que se lo llevó a su museo de Seseña y aún no me lo ha devuelto”. Y cuatro copas de plata ganadas en Colombia: “Pero sin peana, que quité para no pagar un extra en el avión”. Y muchos recuerdos, al menos los que sobrevivieron de aquel extravío masivo que sufrió en una película de Berlanga.

Ángel Arroyo y Pedro Delgado, aquellos dos reynolds que revolucionaron el ciclismo español en el Tour de 1983 de la mano de Echávarri, encabezaron la expedición de amigos a Bolaños de Calatrava: “El tío Julio se lo merece todo”.