Luka Modric

El culebrón Ramos es un tsunami que se lleva todo por delante por su trascendencia, pero Modric y Lucas Vázquez están en la misma situación.

Lleva un par de meses de recital en recital. Físicamente está como un chaval y con el hambre de un canterano, es el referente para sus compañeros...

Como ese mendigo del que hablaba Eduardo Galeano, que iba por los estadios, sombrero en mano, suplicando una linda jugadita por amor de Dios, imploro un año más para Modric.

Su sonrisa, diáfana y sana, es la sonrisa del Madrid en tiempo de hambruna y apreturas. Fue el que más desequilibró, el que más la pidió, el que más se ofreció al espacio...

Al Real Madrid le cuesta una barbaridad completar un competente partido de punta a punta. En el mejor de los casos, es un equipo de ratos o de ratitos.

Con 35 años Modric quizá no esté para jugar sus 50 partidos completos como acostumbraba, pero sí para llevar el timón en muchas partes de la travesía.