Un mal Madrid y un gran Mbappé
Era la noche de Mbappé, sobre el que estaban todos los focos. Tan seguro se da su paso al Madrid que el partido era muy comprometido para él y en noche tan difícil demostró su grandeza como jugador. Una grandeza que empezó en la serenidad con que lo afrontó: resuelto, decidido, líder e insistente. Abrumó a Carvajal, provocó el penalti que Courtois le paró a Messi, se deshizo de Lucas Vázquez y Militao en la última jugada del partido para marcar el gol que resolvió el partido. Un gran gol, relampagueante, cargado de ciencia y de chispa. Un gol para acreditar a un jugador grande y para establecer una mínima justicia en el marcador.
Y digo mínima porque el Madrid fue tan inferior que el 1-0 se puede dar por bueno, por más que siente mal, dado que en el 93’ la cosa aún estaba 0-0. Pero el saldo son 22 remates del PSG, 8 a portería, por 4 del Madrid, todos fuera. Esta vez fallaron las dos piezas maestras del equipo, Modric y Kroos: no supieron sacar el balón. Benzema, visiblemente mermado, tampoco conectó con ellos. Siendo así, vimos a un Madrid quedado, sometido, esperando que pasara el tiempo con el menor daño posible. Sólo la concentración defensiva y la categoría de Courtois retrasaron lo inevitable, pero sólo lo retrasaron. Pronto o tarde, tenía que caer el gol.
Además de la derrota, el Madrid se trae dos problemas para la vuelta, que son las bajas de Casemiro y Mendy, con tarjetas que les dejan fuera. Y es previsible que Neymar, que ayer sólo pudo comparecer muy al final (con bastante chispa, hay que decirlo) esté en perfectas condiciones para el partido de vuelta. De todo, lo que peor me parece es la baja de Casemiro, piedra de arco del edificio madridista, que tras empezar flojo la temporada estaba alcanzando la buena forma. El panorama es malo, aunque hay cosas a las que agarrarse: el aura del Bernabéu, que los goles fuera ya no pesan más y que no se pueden jugar dos partidos tan malos en tres semanas.