Ya hay organizadores que expresan en voz alta la posibilidad de cancelar la temporada 2020: la NBA, el Mundial de MotoGP, la ATP... Y ahora el Giro.
“Es muy posible no se reanude hasta la próxima temporada”, dice Andrea Gaudenzi, el presidente de la ATP, mientras diseña calendarios alternativos.
El Mundial ha suspendido otras dos carreras: Italia y Cataluña. Ya van ocho. Y Carmelo Ezpeleta ya no descarta que el campeonato pueda cancelarse.
La NBA, que estudiaba rematar la liga en una sede única en Las Vegas, contempla por primera vez una cancelación de la temporada por el coronavirus.
Muchas ideas que circulan para rescatar los eventos deportivos durante la crisis del coronavirus están orientadas exclusivamente a su emisión en pantalla.
La Vuelta estaría dispuesta a ser generosa para hacer hueco a la Grande Boucle, siempre que el aplazado Giro pusiera sobre la mesa su cuota de generosidad.
Este miércoles se confirmó la cancelación de Wimbledon y la temporada completa de hierba. El efecto dominó puede tumbar también el Open Británico.
La elección del 23 de julio se ha impuesto a la propuesta de la primavera, donde los Juegos iban a chocar contra locomotoras como el fútbol y el baloncesto.
Los Mundiales de Fórmula 1 y MotoGP estudian escenarios para reflotar sus campeonatos, sin poder concretar nada, ante las incógnitas del coronavirus.
Un cambio de fechas de los Juegos de Tokio a esa estación toparía con deportes profesionales que dependen poco o nada de las federaciones internacionales.
Detrás del consenso sobre la inevitable decisión de Tokio, hay que entender que el traslado no favorece a todos desde un prisma exclusivamente deportivo.
Página13