El modelo Chacho para el baloncesto
Jordi Bertomeu, el director ejecutivo de la Euroliga, arquea las cejas cuando escucha la pregunta: “Si yo supiera resolver esto, no sé dónde estaría…”. La pregunta en cuestión es: “Si usted tuviera que diseñar un calendario unificado mundial, ¿cómo sería?”. Como introducción a su larga respuesta, Bertomeu hace un básico retrato del basket internacional que, aunque sea sobradamente conocido, siempre viene bien recordar. Se resume en dos frases: “La NBA es el gran motor del baloncesto” y “La FIBA no tiene las capacidades de la FIFA”. Una vez asumida la posición predominante de la NBA, “que no está sujeta a ninguna regla”, se asume también que el problema de la saturación del calendario no tiene una solución total. Ayer, en esta misma columna, se planteaba la difícil situación en la que van a quedar los Juegos Olímpicos con la dilatación de la temporada norteamericana. Nada más y nada menos que los Juegos. Una vez aceptado este escenario, bastaría con que el resto de actores tuvieran la voluntad de encajar sus piezas: Euroliga, Ligas Nacionales y Selecciones. Recalco la palabra ‘voluntad’.
Las semanas intensivas de la Euroliga, la imposible ampliación de la ACB a 20 equipos, la inclusión de Ventanas FIBA en pleno curso… El chirriante conjunto obliga a una reflexión y aconseja un ordenamiento, por el bien de unas competiciones interconectadas. Por el bien del baloncesto. Ante este histórico laberinto, surge la voz de un grande de Europa, Sergio Rodríguez, que suelta una idea original en el mismo debate de Conectad@s donde Bertomeu desgrana el futuro: “Como jugador prefiero temporadas cortas y comprimidas, que no se solapen”. Es decir, que cada una tenga su espacio y su momento. Y explica una razón: “Ahora, los aficionados se pierden”. Ya que ha quedado claro que el basket no se puede comparar con el fútbol, quizá no sería malo probar algo diferente. El modelo Chacho.