Un Mundial MotoGP sin margen de error

Cuando Dorna comunicó la suspensión sine die del comienzo de la temporada de MotoGP en vísperas de Qatar, a primeros de marzo, y Liberty hizo lo propio días después en Australia, con los pilotos de Fórmula 1 ya en el escenario del debut, los dos principales Mundiales de deportes de motor entraron en barrena en una insoportable cascada de cancelaciones y aplazamientos, en paralelo a lo que sucedía con el resto de acontecimientos internacionales. La pandemia lo devoraba todo. Los organizadores se dedicaban a ganar tiempo y a retrasar sus eventos, mientras diseñaban calendarios alternativos que en 24 horas saltaban por los aires. El mundo se cubrió de tanta oscuridad, que algunas de estas competiciones pensaron en echar el cierre para centrarse en el siguiente curso.

Carmelo Ezpeleta, el director ejecutivo del motociclismo, llegó a ponerse en lo peor. Como tantos otros. Pero también fue de los que nunca se rindieron. Sus ideas, que ya anticipó en AS a finales de abril en el debate Conectad@s, tomaron este jueves forma con un calendario de 13 carreras en Europa, o 12+1 como gusta decirse en el universo Ángel Nieto. Unos días antes, la F1 había anunciado ocho. Aún se puede incorporar alguna más, pero esta cifra ya asegura un Mundial en el caso de las motos. Será, eso sí, distinto al acostumbrado: con cinco circuitos que harán doblete y con siete pruebas en España, donde ya se ha superado, supuestamente, el golpe más duro del virus. El protocolo fija carreras sin público, pero la puerta queda abierta según evolucione la regulación de los espectáculos. Desde el 19 de julio en Jerez al 15 de noviembre en Cheste van 18 domingos, de los cuales 13 estarán ocupados por las motos, como mínimo. Una trepidante concentración que dejará poco margen para el error, y mucho menos para las lesiones. Será un Mundial diferente, pero lo importante es que será.