Invasión Secreta. Un cómic inspirado en la paranoia estadounidense

Durante los años 50 se desató en Estados Unidos una caza de brujas, conocida como el macartismo, en la que el FBI buscaba agentes comunistas infiltrados en la sociedad americana. Ese miedo a que el vecino no sea quien de verdad es se reflejó en películas como La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956) o El candidato de Manchuria (John Frankenheimer,1962). En 2001 a raíz de los atentados contra las Torres gemelas ese mismo sentimiento volvió a cobrar fuerza, el enemigo está entre nosotros, y sirvió de inspiración a uno de los eventos mejor planificados de Marvel, pero también uno de los más desafortunados en su ejecución.

Una casa con buenos cimientos

Bendis que había llegado de Image a Marvel en el 2000 tras triunfar con Powers se había hecho cargo de la colección Ultimate de Spiderman, trabajo que mantendría hasta 2017 cuando se marchó a DC para guionizar Superman. Junto a Mark Millar fue el encargado de revitalizar la marca de los Vengadores, que había caído en picado durante la década negra de los 90. En 2004 inicia el primero de los grandes eventos que van a cambiar de manera radical el universo Marvel tal y como lo conocían los lectores. Vengadores desunidos causa un enorme impacto porque liquida a muchos de los héroes de la formación de Los Vengadores, algunos de manera definitiva.

Se abre una herida que ya no va a cerrarse. Un año después en House of M elimina a gran parte de la población mutante. En 2006 toca el evento Aniquilación, que narra la destrucción del imperio Skrull. También es el año de la Civil War, que va a dividir a los superhéroes en dos bandos y que terminaría de manera trágica con la muerte del Capitán América (2007).

Están entre nosotros

Llegados aquí Echo mata en un combate a Elektra, pero se descubre que no es la famosa asesina, sino un skrull. Este el punto de arranque del nuevo evento, Invasión Secreta, que se descubre como un ataque planificado durante mucho tiempo por la raza alienígena y que explica muchos de los eventos y comportamientos mostrados por Bendis durante los últimos años.

Los skrull son un viejo enemigo extraterrestre desde hace muchas décadas, su primera aparición en un cómic fue de la mano Stan Lee y Jack Kirby en el número de Fantasctic Four (enero 1962). Su imperio es uno de los más potentes de la galaxia y rivalizan por su dominio con otras dos razas, los Kree y los Shi'ar. _Mucho antes de Invasión Secreta ya protagonizaron en Vengadores uno de los primeros eventos Marvel de la historia: La Guerra Kree-Skrull (1971-1972)

Si el guionista de Cleveland tuvo mucha paciencia a la hora de construir las bases del relato, colocando pistas durante años que ahora cobraban sentido, se apresura ahora para cerrar una historia que podía haber dado mucho más de sí. Tras unos números iniciales bastante interesantes la trama se desinfla, el relato pierde esa atmósfera de desconfianza e intriga y se reduce a una serie de batallas campales que desembocan en la coronación de Norman Osborn como gran salvador de la humanidad y a la aparición de un nuevo gobierno en la sombra, al estilo Iluminati, pero esta vez integrado por grandes villanos del universo Marvel: Dr.Muerte, Emma Frost, Namor, Capucha y Loki.

No tod la estructura narrativa del relato es superficial, hay buenos momentos como el descubrimiento de Harvis como agente durmiente skrull o la irrupción del desaparecido Nick Furia en la batalla.

Si Bendis no está brillante...

Aun reconociendo a Bendis el enorme talento de crear historias bien armadas y con un punto de atrevimiento al que no llegan la mayoría de los guionistas. En Invasión Secreta se quita de un plumazo la historia. Así que el filipino Leinil Francis Yu no le iba a dejar en mal lugar y hace lo mismo con el dibujo. Cuando Yu llega a Invasión Secreta ya había trabajado con Bendis en los Nuevos Vengadores y antes de eso Wolwerine, X-Men, Fantastic Four... Su estilo de dibujo, con rostros angulados y viñetas con poco dinamismo, causa cierta controversia entre los seguidores de Marvel, pero además sus señas de identidad aquí se acentúan quizá por las prisas de terminar en plazo cada entrega. No es ni de lejos su mejor trabajo, aunque sí el más conocido.

A medida que avanza la historia y el argumento se vuelve menos relevante el tamaña de las viñetas va aumentando, hasta llegar a composiciones llenas de personajes que ocupan dobles páginas. No es un cómic donde hay una cantidad de texto significativa

Conclusión

Invasión Secreta es un cómic con una muy buena premisa, que resulta muy entretenido de leer, pero que deja al lector con una sensación agridulce pensando en lo debería de haber dado de sí. Una historia de espías a la que Brubaker seguro hubiera sacado un mayor partido. Los lápices de Leinil tampoco ayudan a mejorar esa impresión de añoranza de lo que pudo haber sido y no fue.

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