Cómic
World War Hulk. Cuando el gigante verde puso de rodillas a los héroes más poderosos de la Tierra
Los rumores de una nueva película de Hulk, acrecentados por la serie She-Hulk, son una buena excusa para recuperar una de sus historias más espectaculares.
Planet Hulk pasa por ser una de las mejores sagas del gigante verde. Ambientada tras los sucesos de la Civil War, los Illumintati (Rayo Negro, Reed Richards,Tony Stark y Doctor Strange) deciden exiliar al espacio a Hulk ante el peligro que este representa para la Tierra. Su aterrizaje en un planeta salvaje, dominado por un tirano y en el que los juegos de gladiadores son su principal entretenimiento conforman una historia que cambia el modo en el que los lectores le perciben.
Desde su creación allá por 1962 de la mano de Stan Lee y Jack Kirby el personaje se ha movido en una extraña frontera a mitad de camino entre el héroe y el villano. Claramente inspirado en la obra de Robert Louis Stevenson ‘El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde’ desde sus inicios ha mostrado un trastorno disociativo entre Hulk y el Doctor Bruce Bunner, mientras el primero simboliza la fuerza en su estado más primitivo; el segundo, el intelecto. Una ruptura que suavizó ya Peter David en su etapa al frente de la colección (1986-1998) y en la que dotó al gigante verde, y en ocasiones gris, de una inteligencia notable.
Pero es Greg Pak quien da el salto cualitativo en 2006; su saga Planet Hulk catapulta al personaje ofreciendo una versión desconocida del mismo, un Espartaco espacial que lidera un grupo de esclavos rebeldes que se hacen con el poder en el planeta Sakaar. Hulk pasa de gladiador a rey y consigue encontrar la paz en los brazos de su mujer, pero todo se derrumba cuando una explosión nuclear acaba con todo lo que ama. Ahí arranca World War Hulk, un cómic en el que repite como guionista Pak y que cuenta en los lápices con John Romita Jr., uno de los clásicos de Marvel.
Venganza
El relato de World War Hulk es una historia de venganza contra todos aquellos que le traicionaron. Una batalla colosal en la que Hulk va derribando superhérores como si fueran fichas de dominó hasta poner de rodillas a los seres más poderosos de la Tierra.
Rayo Negro, Iron Man, Reed Richards y Doctor Strange comprueban que este no es el Vengador al que expulsaron de su mundo, es un ser más fuerte, más inteligente y que solo se mueve por un objetivo: acabar con todos ellos.
Fast Food
Si Planet Hulk es cómic rico en matices que ofrece muchos rincones interesantes donde pasear, World War Hulk es más un producto de consumo, una película de acción en la que no se da un respiro al lector y eso se nota en el ritmo narrativo, con muy pocos diálogos, viñetas muy grandes y páginas enteras dedicadas a peleas colosales.
Este es un escenario en el que se mueve bien John Romita Jr., un dibujante que premia el movimiento, pero que sufre con los primeros planos. Su trabajo, aunque correcto, es netamente inferior al que realizó el filipino Carlo Pagulayan en Planet Hulk.
El propio Romita confesó que este era uno de los proyectos más complicados a los que se había enfrentado en su carrera ya que tenía bastantes viñetas con demasiados personajes. Un reto que superaba con creces a su tema de Lobezno con Mark Millar, con quien repetiría baile en la aclamada Kick-Ass (2008).
Un as en la manga
En esta apoteosis de la destrucción, que transforma a Nueva York en un coliseo donde los héroes se ven obligados a pelear unos contra otros, los ‘buenos’ se guardan un arma secreta. El ser más poderoso del universo Marvel, el Vigía. Un personaje que guarda muchas similitudes con el Superman de DC, pero cuyo poder excede en mucho el de este, y el único ser capaz de derrotar en un mano a mano a Hulk. Las apariciones de este superhéroe creado por Paul Jenkins y popularizado por Bendis se dosifican con mucho cuidado para no desestabilizar un universo donde todas las piezas encajan a la perfección. Como curiosidad su presencia no estaba prevista en el guion original, pero Pak se dio cuenta de la necesidad de incluirlo en la historia a medida que progresaba en el relato. Es un espejo de Hulk en muchos aspectos, tanto por su fuerza como por sus problemas de personalidad.
La batalla final entre ambos se encuadra entre las más épicas que se han dado en la historia de Marvel, el desenlace no deja indiferente a nadie… aunque una última página final abre una puerta a un futuro inesperado que dará lugar a nuevas y buenas historias de Hulk.
Conclusión
World War Hulk es un comic en el que la acción eclipsa a la historia, una peli de Roland Emmerich en el que John Romita se gusta en batallas que ocupan muchas páginas, pero en el que se echa en falta algo de la magia que convirtió a su predecesor, Planet Hulk, en uno de los mejores cómics del gigante verde.
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