‘Marvel Zombies’: el cómic más gamberro de Marvel

A principios del siglo XXI una serie de acontecimientos coincidieron para que los zombis creados por George A. Romero en La noche de los muertos vivientes (1968) y cuyos derechos perdió por una errata en los créditos volvieron a coger foco como producto cultural de masas. El primero fue el enorme éxito de la versión de Zack Snyder de otro film de Romero, Dawn of the Dead (2004). El segundo, fue la aparición de un cómic de Image ambientado en ese universo, The Walking Dead (2003), a cuyo frente estaba un joven talento, Robert Kirkman.

Ambos sucesos echaron gasolina a un fuego que solo venía alimentando de manera regular el mundo del videojuego (Resident Evil, The House of Dead…) y al que pronto se unieron más invitados: Guerra Mundial Z de Max Brooks (2006), Zombies Party (2004)… Todo convergía para que Marvel se hiciera eco de la nueva moda.

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El pionero

El primero en acercar ambos universos fue Mark Millar en su The Ultimate Fantastic Four #21-23 (septiembre de 2005) con una una historia, El cruce, en la que Reed Richards es engañado para viajar a una Tierra alternativa (Earth-2149) en la que los superhéroes han sido zombificados. Durante tres números da forma a una realidad en la que la vida en el planeta se ha visto exterminada por unos super convertidos en monstruos mientras que los pocos supervivientes, liderados por Magneto, se escoden en refugios

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El guionista de los zombis

Con este planteamiento entra Robert Kirkman en escena, el guionista era famoso ya por sus icónicas series The Walking Dead y El invencible y sus trabajos en Marvel con Capitán América vol. 4, #29- 32 (2004), Marvel Knights 2099 (2004), Júbilo #1-6 (2004), Marvel Team-Up 3, #1-25 (2005) y Los 4 Fantásticos: Enemigos #1- 6 (2005). En la Casa de las Ideas pensaron que era la persona idónea para poner en marcha un proyecto basado en la idea original de Millar, pero que tendría continuidad en el tiempo. No era esta la primera vez que Marvel se adentraba en el mundo de los zombis: el mismísimo Stan Lee fue el primero en meter a un muerto viviente en las viñetas en el número 5 de Menace (1953) y veinte años después Roy Thomas junto a Buscema, el legendario dibujante de Conan, crearon en 1973 Tales of the Zombie.

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Un dibujante de primera

A Kirkman se sumó para los lápices Sean Phillips, un reputadísimo artista que formaba habitualmente pareja con otro de los grandes guionistas del medio, Ed Brubaker. Su estilo Noir encajaba de manera perfecta con un universo oscuro y decadente. Philips fue muy respetuoso con el trabajo de Greg Land en el Cruce y mantuvo la estética impuesta por el artista norteamericano. Aún así su talento lleva a los personajes a un nuevo nivel gracias al dominio que tiene del encuadre y del uso de las sombras. Sus muertos vivientes son inquietantes y en la aparición de Galactus hay un claro homenaje a uno de los grandes del cómic, Jack Kirby.

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Humor negro

Cuenta el propio Kirkman que cuando presentó sus ideas a los editores de Marvel se pasó tres pueblos con la idea de que estos iban a censurar algunas situaciones, pero para su sorpresa respetaron su guion que no estaba exento de escenas excesivas como la de Magneto rebanando media cabeza al Coronel América o Henry Pym mutilando vivo a Pantera Negra para comérselo poco a poco.

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Zombis diferentes

Uno de los puntos que hacen especial a este cómic es su aproximación al fenómeno zombi; mientras en las historias clásicas estos caminantes no tenían raciocinio y se movían muy despacio, en la versión de Marvel conservan tanto su intelecto como sus poderes, eso sí,se ven superados por un ansia de comer carne humana que domina toda su voluntad. Hay guiños a varios eventos Marvel como la llegada de Galactus y su heraldo, Silver Surfer, a la Tierra y una mini Secret Wars que enfrenta a héroes y villanos, aunque con motivaciones bien distintas a la del original.

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La guinda del pastel

El cómic lo tenía todo para convertirse en un éxito: dos creadores de primera línea, una idea atractiva y el apoyo mediático de la editorial. Aún así se añadió otro ingrediente más a esta receta, las portadas de Arthur Suydam, uno de los más grandes ilustradores de Marvel, que comparte su talento con el mundo de cines y de la música. En la versión de Panini Must Have se recogen todas sus portadas originales más las alternativas, solo la lástima de que estas últimas no estén a tamaño natural.

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