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Los Nuevos Vengadores. Cambio de guardia en el universo Marvel
A principios del siglo XXI el gran equipo de superhéroes de Marvel daba síntomas de agotamiento, dos genios invirtieron esta tendencia: Mark Millar y Michael Bendis.
Para entender la importancia de los Nuevos Vengadores de Bendis, que por cierto y a pesar de sus múltiples detractores es el guionista que más ha vendido de la compañía, hay que viajar unos años atrás en el tiempo (1986) y ver lo que otros autores como Alan Moore y Frank Miller habían hecho con los superhéores. Con tres obras: Watchmen, Born Again y Dark night cambiaron por completo los códigos del género, dotando a las obras de una mayor profundidad psicológica y convirtiendo a los superhéores en seres atormentados y con debilidades, que en muchas ocasiones no eran solo físicas. Ajenos a esta tendencia Los Vengadores pasaron los 90 plácidamente en medio de un renacimiento (Heroes Reborn), que era un lavado de cara meramente cosmético, porque aún seguían vigentes los códigos impuestos por Stan Lee y Jack Kirby de principios de los 60. Los malos seguían siendo muy malos y lo buenos, muy buenos.
Adiós a Los Vengadores clásicos
En 2002 un primer acontecimiento sacudía el imperio Marvel, Mark Millar y Bryan Hitch ponían del revés a Los Vengadores en una Tierra alternativa (1610) que rompía con todos los estereotipos establecidos. Thor era un enfermo mental; Hank maltrataba a Jane, Iron Man tenía problemas con el alcohol… El impacto de la colección fue tal que el tsunami alcanzó a todas las colecciones y, como no, a la de Los Vengadores Originales. Por entonces Joe Quesada estaba empeñado en recuperar la colección icónica del grupo así que reunió a los dos grandes talentos de la casa en ese momento: Millar y Bendis, que había triunfado con Alias. En apenas 20 minutos ambos llegaron a la misma conclusión: había que destruir lo construido en los últimos años y comenzar el edificio casi desde cero. Para ello se sacaron de la manga la serie Vengadores Desunidos en la que de un plumazo acaban con la mitad de los miembros activos y disolvían oficialmente el grupo. Este arco funcionaba a modo de prólogo para lo que Bendis quiere empezar a forjar: Los Nuevos Vengadores.
Gran negocio
Porque la nueva colección no era solo un renacimiento espiritual a la altura de The Ultimates, era una importante operación comercial que trataba de unir en una sola colección a todos los personajes con más ventas de Marvel. Una de las consecuencias de la famosa reunión Bendis-Millar es que las últimas formaciones no tenían ni el carisma ni la fuerza de los Vengadores originales. Así que se optó por reclutar un grupo variopinto que unía a las dos figuras clásicas (Capitán América e Iron Man) un elenco envidiable: Wolverine, Spiderman, Luke Cage, Spiderwoman y Daredevil (que rechaza la oferta). Solo faltaba un miembro superpoderoso, que no podía ser Thor porque por entonces había muerto (Ragnarok), así que Bendis optó por recuperar a un desaprovechado Vigía, un ser cuyo poder eclipsaba al de Superman, pero que sufría un transtorno mental.
Con estas piezas construye un buen relato que es el punto de partida para los acontecimientos que regirán el universo Marvel durante muchos años y en el que combina, con un enorme acierto, el relato psicológico de los personajes con tramas propias de la novela de espías. Sus héroes se vuelven más oscuros y humanos y la colección se convierte inmediatamente en un éxito de ventas. “Fuga” recoge los seis primeros números de la colección (The New Avengers 1# ´6#) publicados en 2005.
A diferencia del ritmo lento del que suelen gozar las historias de Bendis, en las que en muchos números parece no avanzar para centrarse en los detalles, aquí todo funciona como un reloj y la historia sirve tanto de presentación de los personajes como de puente hacia el complejo universo que Bendis tiene en mente (Civil War, Iniciativa, Invasión…).
Finch, un perfeccionista
A cargo de los lápices está David Finch, que ya había colaborado con Bendis en Ultimate X-Men (2003). Los primeros pasos de su carrera hay que encontrarlos en Image, donde se hace cargo de la serie Cyberforce tras la marcha de Marc Silvestri, que curiosamente se convirtió en el principal valedor del artista. Su estilo de dibujo se caracteriza por un trazo muy fino y con un exhaustivo tratamiento del detalle. Finch es un perfeccionista y hace cada viñeta un cuadro lleno de puntos de interés, es de los pocos dibujantes que también entinta sus trabajos. También es un portadista notable como lo demuestran sus trabajos en World War Hulk o Messiah Complex.
Al igual que Bendis también abandonó Marvel para poner rumbo a DC, donde además de dibujante se ha hecho cargo de algún guión como en el caso de la serie Batman: The Dark Knight. En 2016 se unió a Tom King, para formar en una de las parejas con más talento de Batman en los últimos años.