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Assassin's Creed: Revelations

Assassin's Creed: Revelations

Assassin's Creed: Revelations, guía completa - El águila herida

Te ayudamos a superar todas las misiones y conseguir la sincronización completa.

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Recorrido
Derrota a la primera patrulla de guardias y avanza hasta llegar al puente. El siguiente enemigo hace una ruta de izquierda a derecha. Selecciónalo y acércate rápidamente a él para ejecutar un ataque rápido. Ve por las escaleras y acércate a la rueda para subir.

Esta es una buena zona para acumular las cinco muertes de la sincronización completa. A la izquierda hay un fardo de heno que debes utilizar para esconderte. Uno de los guardias se acerca lo suficiente como para asesinarle sin hacer más esfuerzo. Otros dos que patrullan por el callejón y puedes atraerlos hacia ti mostrándote ligeramente.

Ve por ese camino y gira a la derecha. Hay dos guardias dándote la espalda que puedes evitar con facilidad. Sigue por ese camino y rodea a la siguiente pareja de enemigos para llegar a la zona con población y mezclarte entre ellos. Ve al norte y encontrarás otro montón de heno perfecto para completar la sincronización perfecta.

En total hay tres guardias por los alrededores. El cañón es la manera más rápida de llamar la atención. Espera a que estén lo suficientemente separados mientras patrullan y acaba con ellos cuando se acerquen. Ve por el camino de la izquierda y cruza el portón para ver la secuencia y comenzar la parte final.

Nada más comenzar llegarán tres guardias con los que tendrás que pelear. Saquea los cuerpos y encontrarás medicina para curarte. Ahora que ya has recuperado la salud, puedes volver a trepar y saltar como al principio. Ve por la derecha del mapa utilizando tu sentido de águila para ubicar los enemigos.

Tu mayor preocupación tiene que ser el ruido. Si te mueves pegado a las paredes y caminando con tranquilidad, puedes alcanzar la torre sin que te detecten. La otra manera de llegar hasta él, es utilizar los tejados para moverte. También hay guardias así que debes ser igual de sigiloso. Al final, puedes encontrar un saliente desde el que dejarte caer sobre un montón de heno.