Movimiento de Bielorrusia

La guerra en Ucrania continúa después de tres meses de conflictos. En este tiempo son diferentes los actores que han ido pasando por la actualidad de la ofensiva rusa: Finlandia y Suecia, por su reciente formalización para ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Turquía, por la negativa al ingreso de estos países (y escenario de una reunión por la paz) o los países bálticos, los primeros en cortar con la energía rusa.

Ahora le toca el turno de un país que, además, es un aliado de Vladimir Putin desde el inicio de la ofensiva militar: Bielorrusia. Su presidente, Alexander Lukashenko, ha ordenado este jueves la creación de un nuevo comando militar, que se ubicará en el sur del país. Una zona que, casualmente, forma frontera con Ucrania. Todo un mensaje hacia su homólogo ucranio, Volodimir Zelenski.

"Se ha abierto un nuevo frente y no podemos dejar de prestarle atención", dijo el líder bielorruso en una entrevista televisada, a la que acudió con uniforme militar. En su discurso aseguró que ya se había planteado durante el pasado año, pero que, con la situación actual, debía llevarse a cabo de inmediato.

El desempeño de Bielorrosua en la guerra

El país que dirige Lukashenko ha sido, desde el inicio de la ofensiva, uno de los grandes aliados del Kremlin. Desde su territorio entraron soldados rusos a la frontera con Ucrnia, en la zona norte del país invadido. Incluso, desde el sur del país se lanzaron varios misiles en los primeros días de la guerra, algo que generó el rechazo de Zelenski a reunirse en unas negociaciones por la paz en suelo bielorruso (finalmente fue allí, en la ciudad de Gomel).

Esta medida del presidente de Bielorrusia supone un nuevo foco de preocupación para Ucrania, que en las últimas semanas defiende en sur del país, donde el ejército ruso avanza tras hacerse con uno de los últimos reductos de resistencia en Mariúpol, la acería de Azovstal, y la región separatista del Donbás.

A comienzos de este mes Lukashenko ya mostró sus intenciones de desplegar tropas de operaciones especiales en tres áreas diferentes de la frontera con Ucrania. En aquel momento, el líder bielorruso hablaba sobre el papel de los misiles rusos en el refuerzo de las defensas de su país.