El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, y la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, pidieron este miércoles desde Washington a Turquía que no vete su entrada a la OTAN, en medio de la inquietud de estos países escandinavos por la invasión rusa de Ucrania. Tanto Finlandia como Suecia ya han oficializado sus candidaturas para ingresar en la Alianza, pero para ello se necesita consenso dentro de la OTAN. Es decir, los 30 países miembros tienen que estar de acuerdo. Si tan solo uno de ellos se opone, no habrá adhesión.

Ahí radica uno de los principales problemas de Suecia y Finlandia. Turquía, miembro de la OTAN, tiene sus dudas al respecto. Según su presidente, Tayyip Erdogan, Helsinki y Estocolmo no tienen “una postura clara contra las organizaciones terroristas. Incluso cuando dicen que están en contra de ellas, no entregan a los terroristas que deberían entregar”.

¿Por qué dice esto Erdogan? Turquía acusa a los países nórdicos de no querer extraditar a miembros del Partido de los Trabajadores Kurdos, lo que en Ankara es considerado una “organización terrorista”. Otra de las razones por las que Turquía no quiere que los países nórdicos ingresen en la OTAN se basa en la cancelación de venta de armas de Estocolmo y Helsinki a Ankara en 2019 después de que Turquía operase militarmente en Siria.

¿Qué viene ahora?

Ante las dudas turcas, Niinistö insistió que su país está “abierto a abordar todas las preocupaciones” que Turquía pueda tener sobre el posible ingreso de Finlandia en la OTAN. Andersson y Niinistö se reunieron el miércoles con Joe Biden en la Casa Blanca para afianzar sus candidaturas y contar con el “rotundo apoyo” del presidente estadounidense. "Finlandia y Suecia harán más fuerte a la OTAN", añadió Biden, quien aseguró que esa alianza es "relevante, eficaz y se necesita más ahora que nunca" ante la "agresión" de Rusia.

Además, Niinistö quiso despejar toda incertidumbre procedente de Turquía: "Condenamos el terrorismo en todas sus formas y estamos activamente comprometidos a combatirlo", dijo desde Washington. Después de que el parlamento de Finlandia aprobase este miércoles su entrada en la OTAN, la Alianza debe enviar una invitación para comenzar las negociaciones del ingreso.

Una vez se haya recibido la invitación, Suecia y Finlandia conversarán en la sede de la OTAN en Bruselas, donde la Alianza determina la capacidad defensiva de los candidatos y, si se necesitan reformas, tendrán que presentar un calendario con los períodos a cumplir. La mayoría de los aliados se han comprometido a elevar al 2% del PIB su gasto en defensa. El de Suecia y Finlandia están por debajo de ese porcentaje, aunque ambos han asegurado que lo alcanzarán en los próximos años.