Valverde luce galones en el infierno de Mas de la Costa
El campeón del mundo gana en las duras rampas castellonenses, por delante de Roglic y de Superman López, que recupera el maillot rojo. Nairo Quintana hizo la selección.
Mas de la Costa no tiene playa en las proximidades, aunque el nombre invite a pensarlo. El mar se expande a una treintena de kilómetros. En realidad hay que traducirlo como Masía de la Cuesta, lo que nos trasporta más a duras rampas que a traviesas olas. La provincia de Castellón es la segunda más montañosa de España después de Asturias, un dato bastante desconocido, que adquiere publicidad gracias a llegadas como la de este viernes: cuatro kilómetros al 12,3%, que alcanzan pendientes del 25%, lo que le ha supuesto el sobrenombre de Infierno. Un muro en los Caminos de Penyagolosa que necesitaba inscribir un nombre ilustre en su cima. Ya lo tiene: Alejandro Valverde, el maillot arcoíris, el dorsal 1, ese incombustible ciclista de 39 años.
Las terribles rampas de Mas de la Costa hicieron una selección natural con un ataque de Nairo Quintana desde abajo, que rápidamente dejó en cabeza a los hombres más fuertes de la carrera, a los que seguramente se jugarán el maillot rojo de la Vuelta hasta Madrid. El tirón del colombiano se llevó consigo a Primoz Roglic, a Superman López y a su compañero Alejandro Valverde, que en algunos momentos se iba quedando descolgado en la subida, dando cuerda a la polémica sobre el liderazgo del Movistar. ¿Quintana o Valverde? El campeón del mundo quiso aclararlo nada más cruzar la meta: “Doy las gracias al equipo y a Nairo”. Asunto zanjado. De momento.
El cuarteto estelar vuelve a ocupar las cuatro primeras plazas de la general, después de esa efímera aparición de Dylan Teuns, como maillot rojo, y David de la Cruz, como segundo clasificado. La escapada del día anterior les había metido en los dos puestos delanteros, pero sucumbieron mucho antes de llegar a las rampas de Mas de la Costa, por el exigente trazado castellonense y por el ritmo trepidante que marcó el Movistar a la caza de los escapados.
Hubo una fuga, por supuesto. Sin españoles, pero con nombres destacados: Gilbert, Marczynski, Brambilla, los primos Henao… Aventureros de alto nivel, con clase y con piernas para rematar la faena si los poderosos no hubieran decidido que este viernes no tocaba, que en esta séptima etapa el triunfo se iba a jugar entre los principales gallos de pelea. Los últimos supervivientes cayeron nada más empezar la ascensión, justo después de pasar por ese cartel que anuncia otro mundo, otra dimensión: Mas de la Costa, el Infierno.
A partir de ahí, la subida fue cosa de cuatro. De Nairo Quintana, que hizo la selección. De Alejandro Valverde, que sólo apareció en la punta del grupo para ganar la etapa. De Primoz Roglic, que aguantó el tirón del arcoíris, entró segundo y continúa con la etiqueta de primer favorito. Y de Miguel Ángel López, que recupera el maillot rojo por segunda vez, una prenda que quería ceder un par de jornadas para no quemar mucho al equipo Astana en el trabajo diario, pero sólo 24 horas después vuelve a vestirlo, quiera o no quiera. Cuatro candidatos metidos en 27 segundos. La Vuelta emociona.
