1 punto, 2 centésimas, 3 centímetros...

El supermartes terminó con sabor agridulce. Hubo dos medallas, la plata de Teresa Portela y el bronce de Joan Cardona, y se aseguró la de fútbol, que jugará el sábado por el oro contra Brasil, pero se perdieron otros dos podios en vela que parecían atados, especialmente el de Diego Botín y Iago López en la clase 49er, tras dilapidar sus diez puntos de ventaja en la Medal Race. También se clasificaron dos selecciones para las semifinales, los Hispanos de balonmano y las Guerreras de waterpolo, pero la masculina de baloncesto dijo adiós, y junto a ella dos ilustres, los hermanos Gasol, Pau y Marc, y una época dorada del deporte español. Duele verlos caer en cuartos, por mucho que el rival fuera el ogro Estados Unidos, pero ante todo hay que estar agradecidos a unos gloriosos jugadores que han participado en tres medallas olímpicas consecutivas, dos títulos mundiales y tres europeos. Muchos de los que pisaron la cancha no volverán a unos Juegos. Sólo queda aplaudir.

Con las dos de este martes, España ya suma cuatro medallas de chocolate, el puesto más doloroso. Y mucho más cuando la distancia es estrecha, apenas un suspiro, como ha sido el caso. Botín y López perdieron el bronce empatados con el barco alemán, pero con peor puesto en la regata final. Támara Echegoyen y Paula Barceló se quedaron a un punto del tercer peldaño que ocupó Holanda en 49er FX. Recordemos a sus compañeros de viaje: Eusebio Cáceres acabó a 3 centímetros y Mireia Belmonte, a 23 centésimas. Un margen escaso, apenas nada, un pestañeo, pero esa es la esencia del deporte de élite. Como bien recordó Cáceres, el siguiente atleta clasificado, JuVaughn Harrison, también terminó a 3 centímetros de él.

Si alguien sabe de medallas de chocolate y de diplomas olímpicos, esa es Teresa Portela, que enlazaba cuatro plazas de finalista antes de aterrizar en Tokio: cuarta en Londres 2012, quinta en Atenas 2004 y Pekín 2008, y sexta en Río 2016. En sus sextos Juegos consecutivos, que son récord en el deporte femenino español, y con 39 años en el carnet de identidad, la piragüista gallega se ha colgado por fin su perseguida medalla en K1 200. Hizo falta la foto-finish para resolver el podio. Portela conquistó la plata con menos de dos centésimas de ventaja sobre el bronce de Emma Jorgensen. El éxito del deporte se decide por un detalle, una brazada, una palada… Y Portela, al final, se llevó el premio a su constancia.