Los Hispanos, siempre al límite
La Selección masculina de balonmano se mete en las semifinales después de remontar un 29-26 a falta de 14 minutos. Dinamarca, su rival el próximo jueves.
El lastre se empezó a arrastrar desde la primera mitad. La Selección entró alegre, con mucho dinamismo y acierto en ataque, y al mismo tiempo algo desatendida en defensa, por lo que el tanteo de ambos equipos fue aumentando. Del 2-4 inicial se llegó al 7-9. Era una España coral que anotó dos goles de penalti, que conectaba con el pivot y que sus lanzadores estaban afinados. Pero a los 15 minutos Wanne empató (9-9) y una estadística empezó a preocupar.
Jordi Ribera movió la portería, pues Corrales no había detenido ninguno de los nueve lanzamientos a portería. Salió Pérez de Vargas y se creció Palicka en Suecia, que empezó a ser un muro. Los cuatro veces subcampeones olímpicos pillaron incluso a los españoles desprevenidos y con dos contraataques,comandados por Wanne, su mejor jugador con cinco goles antes del descanso, se pusieron 13-11. Ribera pidió tiempo muerto.
España intentó calmarse, ser más solidaria en defensa, pero Suecia encontró a Petterson, su pivot, que anotó tres goles seguidos para mantener la diferencia (17-14). Entrerríos, que salió a la pista a los diez minutos, asumió la responsabilidad con tres tantos que evitaron que la distancia aumentase, pero fue imposible acercarse más (20-18). Mientras los porteros suecos detuvieron cinco de 23 lanzamientos, los españoles llevaban uno de 25.
Un segundo tiempo emocionante
No cambió en exceso el panorama en la siguiente media hora. Bajó el ritmo de goles, con una España más concentrada en defensa. Pero Suecia no se veía inferior, el primer tiempo le había propulsado. En el minuto 40 la diferencia se mantenía (26-23). Pero todo puede cambiar muy rápido. Y así ocurrió. A falta de 12 minutos, el resultado se había ajustado (29-28), Pérez de Vargas detuvo tres lanzamientos en apenas dos minutos y España empezó a carburar.
Y entonces llegó el milagro, sin tampoco saber por qué. En los momentos de fatiga y de tensión, Los Hispanos sacan lo mejor de sí,su unen como hermanos. El parcial fue de 1-7 y España le dio la vuelta al encuentro. Se paso del 29-26 al 30-33, con dos penaltis de los suecos estrellados en el larguero, otros dos errores solos ante Pérez de Vargas, inmeso en el tramo final. El 30-33 fue un remate de Figueras que tocó el poste y luego el trasero de Palicka para acabar en gol. Todo fue de cara. Y Djushebaev anotó el 32-34. Quedaban 30 segundos. Estaba hecho. Tras el pitido final, la alegría fue inconmensurable, como si de una medalla se tratase. Solo falta un paso.