Joan Cardona, primera medalla de la vela española en Tokio
El balear de 23 años ganó el bronce en la clase Finn. Los 49er de Botín y López y de Echegoyen y Barceló acabaron en un amargo cuarto puesto por escasa diferencia.
La mágica isla de Enoshima fue el escenario de un bronce histórico para Joan Cardona Méndez en sus primeros Juegos Olímpicos. Su medalla se celebró a lo grande en la delegación española porque parecía perdida a pocos metros del final, cuando el menorquín tocó fondo y ya se había ubicado en las posiciones de cierre en la regata final. Su remontada fue impresionante; su éxito, también.
Cardona salvó un día aciago para la vela, que había comenzado torcido por una fatídica penalización para el dueto que conforman Támara Echegoyen y Paula Barceló en el 49er. Con este lastre, les resultó imposible aproximarse lo suficiente a los puestos de medalla. Y como ya ocurrió a la orensana en Río, por los pelos se quedó sin sitio de medalla.
El cuarto puesto les queda en las orillas del éxito y con la impresión de que les pasó factura el fuera de línea que hicieron en las regatas previas a la final. Amargo final para una pareja que valía oro; y que había aunado méritos de sobra para ganarse un puesto mejor en la clasificación general.
El síndrome de los cuartos puestos parecía perseguir a la delegación nacional, que no pisaba podio desde hacía nueve años. Y la jornada empezó a convertirse en un drama deportivo cuando Botín y López-Marra se adjudicaron también la más ingrata de las posiciones. En su caso, eligieron mal en el momento de la verdad; y desperdiciaron una renta que parecía más que suficiente para garantizar el metal. Una pena, porque su trayectoria hasta la 'Medal Race' estaba siendo imponente.
Para cuando ya había transcurrido media jornada de finales en Enoshima, todo el optimismo que residía en la familia olímpica española se había convertido en negros nubarrones. Y el transcurso de la final de Cardona en Finn también hacía presagiar el peor de los desenlaces. Tras un difícil final de Juegos, el más feo de los pronósticos parecía ceñirse sobre el menorquín, que perdía provisionalmente el bronce que se había trabajado durante toda la semana. Hasta que decidió rebelarse contra la realidad y tiró de su proverbial fortaleza -física y mental- para ganar puestos y amarrar el bronce con todas sus ganas. La vela vuelve a ser medalla y el de Mahón, sobresaliente, pasa a la historia por méritos propios.
Xammar y Nico, bronce provisional
La vela nacional puede completar su colecta de medallas con otra más este miércoles en el 470 masculino, una de las clases más disputadas del calendario olímpico. Sensacionales de principio a fin, Jordi Xammar y Nico Rodríguez están a punto de abrochar un sitio de privilegio. Tras sus quinto y séptimo puesto del martes, se ubican terceros en la general. Habrán de defender seis puntos de renta con Nueva Zelanda. El oro ya es imposible, pero tienen serias opciones de pujar por plata o bronce.