Un coche ganador para Checo Pérez

A sus 30 años, y después de diez temporadas en la Fórmula 1, con una recolecta de diez podios, Sergio Pérez pilotará por fin un coche ganador: el Red Bull. Números redondos para un broche redondo, tras haber estado más fuera que dentro del Mundial, después de su fea salida de Racing Point para dejar su volante a Sebastian Vettel en el nuevo proyecto de Aston Martin. Un golpe encajado en su mejor curso, que ha acabado con un cuarto puesto en el campeonato, sólo por detrás de los tres intocables: Lewis Hamilton, Valtteri Bottas y su ahora compañero Max Verstappen. Fue el mismo curso en el que estrenó su palmarés de victorias en el GP de Sakhir, el reciente 6 de diciembre, medio siglo después de los históricos triunfos de su compatriota mexicano Pedro Rodríguez.

El propio Hamilton alabó ayer a Pérez en la Gala de la FIA. “Con Sergio en Red Bull será una batalla emocionante y nos lo pondrá mucho más difícil”, dijo el heptacampeón mundial, a la par que recordaba la dura oposición de Ferrari cuando disponía de dos bazas, además de un buen monoplaza. Dos mejor que uno. Eso logra la escudería austriaca con la pareja Verstappen-Pérez, más parecida a aquella integrada por Verstappen-Ricciardo. En los dos últimos años, ni Pierre Gasly ni Alexander Albon han estado a la altura del coche, ni mucho menos de su jefe de filas. El mexicano es un piloto perfecto para dar ese salto, aunque para ello Helmut Marko haya traicionado, o más bien reorientado, su política de lanzador de jóvenes valores. El giro hace justicia con Checo, que cubrió su mejor campaña, a un nivel altísimo, a pesar de haber estado ausente en dos carreras por un contagio de coronavirus. Con su llegada a Red Bull, la parrilla de 2021 ya está prácticamente conformada. Sólo falta un asiento por cubrir, el asiento estelar, el número uno: el de Hamilton en Mercedes. No hay prisa.

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