Pon un español en el banquillo

Uno de los pilares en los que se apoyó el éxito de Barcelona 1992, en combinación con el ADO, fue la contratación de técnicos extranjeros que aportaron su conocimiento al deporte español. Aquellos Juegos Olímpicos, rematados con 22 medallas, supusieron un punto de inflexión. Desde entonces los deportistas españoles no se han bajado del podio y han ampliado horizontes. A la par, los entrenadores foráneos han ido siendo relegados por los nacionales. Ahora es España la que exporta su talento a los banquillos. Hace un mes y medio vivimos un destacado ejemplo en la Final Four de la Euroliga femenina de baloncesto, donde tres de los cuatro técnicos eran españoles: Miguel Méndez, con el campeón Ekaterimburgo; Lucas Mondelo, con el finalista Dynamo Kursk, y Roberto Iñíguez, con el Sopron.

La marca no ha tardado en superarse, porque este fin de semana habrá pleno de entrenadores españoles en la Champions de balonmano: cuatro de cuatro. El favorito en las apuestas es el FC Barcelona de Xavi Pascual, que aspira a su tercera corona, que sería la décima para el club. No es el más laureado, porque Talant Dujsebaev, aquí al frente del Kielce polaco, ya ha ganado cuatro. El escenario se completa con dos debutantes en la Final Four: David Davis, con el Veszprem húngaro, y García Parrondo, con el Vardar macedonio. Curiosamente, ambos alzaron el título como jugadores con Talant a la batuta, una conexión que nos empuja a deducir que existe una escuela española que se expande por Europa. Durante dos días, los 22.000 espectadores que llenarán el Lanxess Arena lo gozarán en Colonia.