Nadal, Valverde y la teoría de la vela

Decía Miguel Moreno, veterano director de ciclismo, que los corredores son como una vela, que se van consumiendo con los años hasta que un día se apagan sin previo aviso. Ocurrió con Miguel Indurain o con Eddy Merckx. En contraposición con la teoría de la vela tenemos las segundas vidas, como hemos visto recientemente con Tiger Woods o tantísimas otras con Rafa Nadal. Cuando parecía que no iban a alumbrar más, regresaron a lo más alto. En el deporte actual quizá haya más síntomas que nos apuntan el final que en esos casos que especulaba Moreno. Quizá. La dificultad está en conocer si es la señal definitiva o sólo un bache en la ruta. Que Nadal haya caído dos veces consecutivas en su tierra más fértil o que Alejandro Valverde haya bajado sus prestaciones en sus clásicas más propicias pueden ser una cosa o la otra.

Todo ha ocurrido en una semana. De sábado a sábado, Nadal perdió con Fognini en Montecarlo y con Thiem en Barcelona. Dos de los mejores jugadores sobre tierra del circuito, todo hay que decirlo. Sólo Djokovic y Thiem han logrado vencer a Rafa cuatro veces sobre esta superficie. Y sólo el retirado Gaudio y Fognini lo han hecho en tres ocasiones. En este mismo periodo, Valverde se apajaró en la Amstel y terminó undécimo en la Flecha Valona. Este domingo tiene una tercera oportunidad: la Lieja-Bastoña-Lieja. La edad de ambos, 32 y 39 años, respectivamente, nos advierte de que una buena parte de la vela ya está consumida. Lo que no sabemos todavía es si estamos ante las señales de un inminente adiós, o únicamente es un alto en el camino, un paso atrás para poder coger más carrerilla y volver a prender la cera.

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