El peor final para Muguruza

Asleigh Barty y Qiang Wang disputarán este domingo la final del Elite Trophy de Zhuhai. Si no están muy metidos en el tenis, estas jugadoras le sonarán poco o nada. También el torneo. Se trata del Masters B, la segunda división de las maestras. Ahí ha participado Garbiñe Muguruza, como 17ª clasificada de la WTA. La hispano-venezolana había estado tres años consecutivos en las WTA Finals, el Masters A, con las mejores del mundo. Fueron tres años en los que jugó tres finales de Grand Slam, con victoria en dos de ellas, y ocupó el número uno. Muguruza tenía una proyección galáctica, pero en el presente 2018 ha entrado en barrena en un pozo, por el que sigue cayendo sin detectar el fondo. Este sábado acabó la temporada de la peor forma posible, con una rotunda derrota y la enésima bronca con su entrenador, Sam Sumyk.

Los vídeos de Muguruza no se viralizan últimamente por su rebosante talento, sino por sus malos modos. El viernes la vimos romper una raqueta. Hasta ahí, bueno... Otros genios lo hicieron. Pero luego volvió a arremeter contra Sumyk, una imagen que, por desgracia, ya es casi rutinaria. No contenta con eso se encaró con el cámara, sabedora de que la toma iba a propagarse, una vez más, por redes sociales y televisiones. Al día siguiente, en su semifinal ante Wang, cuando perdía 3-2 (después de comenzar ganando 2-1), volvió a discutir con su técnico. A Sumyk se le agotó su infinita paciencia y la dejó plantada con malas palabras: “¡Jódete!”. Garbiñe no volvió a ganar un juego. No se me ocurre peor cierre. Muguruza necesita un periodo de reflexión y tomar decisiones. Ya no sólo fallan los resultados. Su imagen empieza a hacer aguas.

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