Marruecos comenzó hace dos años y medio una carrera de fondo en la que ve más cerca la línea de meta. Renard llegó al banquillo en 2016, cogió a un equipo sin rumbo y ahora se marcha de Rusia con la satisfacción de que su proyecto ya cuenta con unos cimientos sólidos. Los marroquíes merecieron más.Vuelven a casa a las primeras de cambio, pero con la cabeza alta y con el reconocimiento de todo un país que se siente orgulloso de sus jugadores.
El madridista Achraf lo advirtió en los días previos al partido: la dignidad estaba en juego contra España. Lo demostraron. Es difícil encontrar consuelo para una eliminación tan tempranera después de volver a una Copa del Mundo tras 20 años de ausencia. Pero este meritorio empate ante La Roja tiene que servir a Marruecos para saber que va por el camino correcto y lo vivido en Rusia deben tomarlo como una etapa más en su búsqueda del éxito.