Los años rejuvenecen a Jessica Vall

La Selección de natación acudía a los Europeos de piscina corta sin Mireia Belmonte, lo que, según escribimos en la previa, equivalía a partir sin la artífice del 60% de las medallas y el 78% de los oros ganados por España desde los Juegos Olímpicos de Londres 2012. La dependencia es brutal. Por eso, cuando surge otro nombre, hay mayor motivo de satisfacción. Las principales esperanzas para Copenhague estaban volcadas en Jessica Vall, quien no sólo ha cumplido, sino que además ha superado con creces las expectativas creadas, con un oro y un bronce en los 200 y 100 metros braza, aderezados además con cuatro récords de España. Vall, que celebró 29 años el 22 de noviembre, mejora con la edad. Como escribió recientemente Alberto Martínez, es la Benjamin Button de la natación. Los años la rejuvenecen.

Vall es un caso atípico, porque hasta los 24 años tenía la natación como afición, mientras se esmeraba en sus estudios de Biomedicina. Se dedicó tardíamente a la piscina, pero ya suma cinco medallas internacionales, con el colofón de este oro en casa de Rikke Pedersen, la estrella danesa, plusmarquista mundial. En las fechas previas había avisado con dos récords nacionales en una Copa del Mundo en Japón, pero luego hay que trasladar esos progresos al día y lugar concretos. Jessica lo ha hecho: es una gran competidora. En Tokio 2020 tendrá 31 años, pero no descarten nada, porque todavía no ha mostrado su límite. También este domingo, no me quiero olvidar, Melani Costa acabó cuarta en 400 libre. Otra veterana de 28 años, que en este caso ha tenido que reponerse de importantes problemas físicos y emocionales.

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