Jessica Vall, la biomédica que pulveriza récords de braza
Barcelonesa, de 28 años, ha batido dos plusmarcas nacionales en la Copa del Mundo de Tokio durante estos días. En 100 y 200.
La carrera deportiva de Jessica Vall transcurrió al revés que la de nadadores habituales. Primero, acabó sus estudios de Biomedicina. Luego, se centró en el deporte. Vio los Juegos de Londres 2012 por la televisión y le comentó a su entrenador, Jordi Jou, que ella quería vivir esa experiencia. Compaginó trabajo y entrenamiento hasta que logró una plaza en el equipo nacional para disputar los Mundiales de Barcelona, en 2013.
Su progresión fue meteórica. En el Europeo de Berlín, en 2014, se subió por primera vez a un podio internacional obteniendo la medalla de bronce en los 200 braza. Un año después, en el Mundial de Kazán, logró el bronce en la misma prueba en una histórica final, en la que hasta tres nadadoras empataron en el bronce: hubo cinco nadadoras en el podio. No pasó de semifinales en los Juegos de Río pero sí en el Mundial de Budapest, donde llegó a dos finales.
Vall ha ido mejorando durante el último ciclo olímpico su preparación y es la referencia de la braza española y poseedora de todos los récords nacionales. Primero empezó a entrenar en altura, luego añadió la figura de un psicólogo a su preparación y, recientemente, ha batido dos nuevos récords de España (100 y 200) en la Copa del Mundo de piscina corta de Japón.
Persona inquieta, a sus 28 años ya ha estado trabajando en el Laboratorio Antidopaje de Barcelona del Hospital del Mar. Se entrena habitualmente en el CN Sant Andreu aunque acuda al CAR de Sant Cugat a mejorar con los profesionales de allí. Una nadadora atípica, pero tan profesional que, pese al paso del tiempo, sigue mejorando su marca.