Di Stéfano fue multado porque le entendían mal el sentido rioplatense de ese verbo. Algunas palabras van de acá hacia allá, y otras de allá hacia acá.
Los porteros sacan manos y logran grandes paradas, pero ya se dice menos que hacen estiradas o palomitas
En las crónicas de principios del siglo XX se escribía “football”. La academia ha ido cambiando sus preferencias entre “voleibol” y “balonvolea”.
Austria comparte con Alemania el idioma oficial y la denominación de su principal campeonato. Ese nombre usa el mismo elemento de "Bundestag" y "Bundesrat", las dos Cámaras legislativas.
El término "bocana" forma parte de los vocablos que han aparecido últimamente en el léxico del fútbol
El origen de este anglicismo se relaciona con el mundo del juego.
CINE Y DEPORTE
El spot de la plataforma FlixOlé con Santiago Segura
Uno de los más recientes hallazgos brillantes de los narradores deportivos es la expresión "se ha ido del partido"
A menudo se oye mal pronunciado el nombre de la ciudad estadounidense donde se pretende jugar el Girona-Barça.
Los "critériums" ciclistas suelen llegar tras el Tour o tras la Vuelta, y sirven para que los corredores que han destacado durante la ronda francesa se ...
Ninguno de los dos gentilicios aparece en el Diccionario de las Academias. El castellano tiende más a la forma terminada en “-ense”.
Decimos ‘hispanoguineano’ o ‘hispanovenezolana’, siempre con el hispano por delante y nunca por detrás.
La expresión tratamiento conservador se usa por influencia del inglés “conservative”, pero debería decirse “tratamiento prudente”.
En este caso un mismo verbo sirve para reflejar dos acciones muy distintas. Se puede botar una falta y también un barco.
Los calificativos contra los jugadores individualistas se relacionan con la glotonería. En el español rioplatense dicen “morfón”
Tradicionalmente se ha distinguido entre las selecciones para partidos benéficos y el equipo oficial. Lo ideal sería escribir “la Selección”, con mayúscula.
La expresión “hat-trick” se usó por vez primera en el críquet. En el español escrito se documenta en el año 1957.
Los narradores traducen “empuja, empuja”, pero el piloto no se baja del coche y lo desplaza con sus manos.
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