No vi nunca jugar a Manolo Santana, pero una vez tuve el privilegio de sentarme a comer a su derecha en El Cabra, en la playa de Pedregalejo en Málaga.
La última y única vez que una española disputó una final del Masters, Arantxa en 1993, Garbiñe tenía 44 días: era un bebé. Badosa ni siquiera había nacido.
El grupo ha quedado mermado con las renuncias de Muguruza y Badosa, pero hay que animar a la Selección, formada por quienes sí han querido jugar la BJK Cup...
La española ha conquistado su primer gran título en Indian Wells, en fiera lucha contra una histórica, Viktoria Azarenka. Un salto a la cúspide del circuito WTA.
Garbiñe despegó el año como un avión y quiere acabarlo a la misma velocidad. En medio hubo altibajos, pero sexto puesto en los rankings avalan su temporada.
El secreto de Garbiñe está en el equipo. Eso que llama el Team Mugu. Está más centrada, más mentalizada, y eso permite que su tenis fluya.