¿Qué fue de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez?
Las leyendas del tenis español y de la Billie Jean King Cup encauzaron sus vidas de manera muy diferente después de formar una pareja inolvidable y ganadora.
Este lunes arrancan en Praga las Finales de la Copa Billie Jean King, como se denomina ahora a la Copa Federación, la competición por países que ganó España cinco veces, en 1991, 93, 94, 95 y 98. La Selección participa en esta edición que estrena formato, con 12 equipos, fase de grupos, semifinales y final. No será fácil que emulen aquellos éxitos que tuvieron como grandes protagonistas a Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez, las dos mejores tenistas que ha tenido la Armada hasta ahora.
Ambas son leyendas de la vieja Fed Cup. Arantxa (Barcelona, 49 años) posee los récords de más victorias totales (72) e individuales (50), por delante de la segunda mejor, Conchita (Monzón, 49), que ganó 68 y 47, respectivamente. Juntas tienen la mejor marca de triunfos en dobles en este evento como pareja, 18. Así alzaron esos cinco trofeos en la edad de oro del tenis femenino español que ahora aspiran a imitar Garbiñe Muguruza y Paula Badosa, aunque no estarán en Praga, porque priorizaron la preparación de las WTA Finals que se disputan del 10 al 17 de noviembre. Sánchez Vicario tuvo una carrera exitosa, con 29 títulos, cuatro de ellos de Grand Slam (Roland Garros 1989, 94 y 96, y US Open 1994), más otras cuatro finales de majors (Australia 1994 y 95, y Wimbledon 1995 y 96). Además, fue número uno del mundo en 1995.
Martínez levantó 33 trofeos WTA, fue campeona de Wimbledon en 1994 y jugó las finales de Australia en 1998, Roland Garros en 2000 y el US Open en 1995 y 96. Su mejor ranking fue el dos, en 1995. Además, ambas brillaron en los Juegos Olímpicos, con dos medallas en dobles en común (1992 y 96). Arantxa fue también bronce en los individuales de 1992 y plata en los de Atlanta 1996. Y Conchita ganó la plata en Atenas 2004 con Vivi Ruano.
¿Y qué fue de estas dos leyendas? Pues que encauzaron su vida de manera divergente. Arantxa se retiró en 2002, aunque volvió en 2004 para jugar en dobles y ser olímpica por última vez. En 2012 fue capitana del equipo español de Copa Federación, pero no sumó ninguna victoria durante su mandato. A esas alturas ya se le habían presentado los primeros problemas personales, en una vida privada complicada que comenzó mal, con un matrimonio fallido con el periodista Joan Vehils, que duro un año. En 2008 se casó en segundas nupcias con Josep Santacana, empresario y extenista con el que estuvo diez años y alumbró dos hijos, Arantxa y Leo, aunque tuvieron un mal final con tribunales de por medio. Entretanto tuvo un conflicto grave con Hacienda por supuesto fraude fiscal en los años 1989 y 1993 por el que fue condenada a pagar casi tres millones y medio de euros más las costas judiciales.
Sánchez Vicario había fijado su residencia en Andorra para pagar menos impuestos, un movimiento que achacó al consejo de sus padres, a los que acusó en una autobiografía de arruinarla por su mala gestión y quedarse con todo su dinero. Más adelante, pidió perdón aduciendo la influencia de su exmarido en esas acusaciones. "Muchas cosas se podían haber evitado. Ya pedí perdón en su día, cuando tuve que hacerlo, porque creo que se fue de las manos. Obviamente si no hubiese sido una persona pública, no hubiese pasado cómo ha pasado. Soy humana, pedir perdón cuesta, pero yo ya lo he hecho y mi familia ya lo sabe. Ahora, a mirar hacia delante. Lo que se hizo, el presente lo cambiará, yo intento seguir luchando", dijo en una entrevista para el programa Palo y astilla, de la Sexta con Mamen Mendizábal.
Recientemente fue acusada de un delito de alzamiento de bienes para evitar pagar 5,2 millones a Hacienda y admitió su culpabilidad para no entrar en prisión. Por los demás, ha seguido vinculada al tenis a través de las competiciones para leyendas en los Grand Slams y otros eventos. Su situación económica actualmente dista bastante de la que tuvo como jugadora. Para ganarse la vida da clases de tenis en un colegio de Miami, donde reside y actua esporádicamente como comentarista en cadenas de televisión estadounidenses. Se apoya en su hermano Emilio, que también está en Estados Unidos, y su madre, con la que se reconcilió. Su padre murió hace más de tres años.
Una vida más tranquila
Arantxa y Conchita, buenas amigas y también rivales en el circuito (se enfrentaron 18 veces con un balance de 14-4 para la primera), fueron perdiendo el contacto, aunque mantienen una relación cordial y cariñosa, y se ven “de vez en cuando en los torneos”, según contó la aragonesa en El Semanal. Juntas hicieron historia. Inolvidables.