Badosa: "Estoy en shock, no sé si esto realmente ha pasado"
Radiante por el trofeo y por el logro histórico para el tenis español que cosechó en Indian Wells, la tenista catalana aún no se lo cree: "Soy pasional, lo vivo todo mucho".
Poco antes de tomar un avión en Los Ángeles para regresar a España, Paula Badosa (Nueva York, 23 años) atiende a AS con mucha amabilidad pese al cansancio acumulado después de ocho días de competición y una final durísima contra Victoria Azarenka, resuelta en tres sets (7-6 (5), 2-6 y 7-6 (2)) y tres horas, en la que se proclamó campeona de Indian Wells. Aún no había tenido tiempo de responder al montón de felicitaciones que le enviaron ni de celebrarlo como es debido. Lo hará en casa con su familia, el equipo que encabeza su entrenador, Jorge García, y su novio, el actor y modelo Juan Betancourt, las dos personas que la acompañaron en su exitosa travesía por el desierto de California.
¿Cómo está después de semejante paliza?
Físicamente, mejor de lo que esperaba, después de una batalla así. Mentalmente, aún asimilando un poco todo y con una sensación muy extraña, porque a la vez estoy muy contenta y en shock porque no que no sé si esto realmente ha pasado. Necesitaré un par de días para digerirlo.
De todas las sensaciones que tuvo, ¿con cuál se queda?
Fue un partido increíble, muy, muy bueno de las dos. Ella (Azarenka) es una campeona, yo sabía que iba a dar su máximo y que si la quería ganar tenía que jugar perfecto en los momentos importantes. Fue una batalla mental, física y tenística, con agresividad, golpes al límite y esfuerzo incondicional.
¿Qué se le pasó por la cabeza cuando se dejó caer en la pista entre lágrimas tras el último punto?
La emoción de ganar un torneo importante, pero también una acumulación de sensaciones: tensión, cansancio... Soy una persona muy pasional, lo vivo todo mucho y me emociono muy rápido, y más con algo relacionado con el tenis y cumpliendo un sueño.
“Soy una persona pasional, lo vivo todo mucho”
¿Qué le dijo Azarenka en la red?
Fue un diez conmigo. Me dijo que me lo merecía, que había jugado muy, muy bien, que disfrutara del momento y que era una campeona. Eso es lo más surrealista de todo. Aparte de ganar el torneo, vencí a una leyenda a la que hace poco tiempo estaba viendo por la tele. De hecho, hablando con mi gente, me recordaban cuando mi jugadora favorita era ella y decía que quería hacerlo como ella. Antes de la final estaba nerviosa por el partido, pero más por contra quien iba a jugar. Y que logre ganar a alguien así y me diga todo eso después, hace aún más increíble lo que ocurrió.
No sé si usted es consciente de lo histórico que es su logro para el tenis español, en una plaza de prestigio en la que ninguna compatriota, ni Arantxa Sánchez Vicario, ni Conchita Martínez ni Muguruza, logró triunfar…
Es muy emocionante lograr algo así. Poder ser una tenista grande en mi país, para mí significa mucho. Este año estoy teniendo la suerte de representar a España por primera vez en muchos torneos y es una sensación increíble que me encanta. Lo vivo mucho y sé que la gente lo vive conmigo. El cariño que siento de España lo valoro mucho. Poder celebrar este título no sólo por mí sino también por mi país, me emociona y me encanta.
“Ser una tenista grande en mi país me emociona”
Ese cariño lo ha sentido de verdad, porque lo que reiterado en las entrevistas tras los partidos…
Intento estar desconectada de las redes sociales en los torneos, pero hubo un día en el que me conecté con el móvil que tengo para ver esas cosas y vi que había gente despierta en España. Y pensé: ‘Uy, qué raro, no sólo me están siguiendo mis padres’. Me hizo mucha ilusión. En el siguiente partido me acordé y quise remarcarlo y agradecerlo.
¿Cómo asimila todas estas nuevas experiencias?
Después de ganar un torneo así hay mucho caos alrededor y lo que más quiero es aislarme de eso, pensar, disfrutar, quizás ver el partido me gustaría, y quedarme a solas conmigo misma para recapacitar sobre todo lo que ha pasado.
“Valoro mucho el cariño que siento de España”
¿Le parece alucinante estar de repente a un paso del top-10 (es 13ª a 72 puntos de la 10ª, Osaka) y octava en la carrera a las WTA Finals?
Es algo increíble. Mi sueño siempre había sido estar en el top-10 y conseguir torneos grandes. De momento, ya tengo uno y me gustaría alguna vez ganar un Grand Slam. Lo otro está cerca y me ilusiona. Me fastidiaba el ranking congelado antes de llegar aquí, porque no estaba en el puesto que me merecía después de mis resultados. Ahora todo ha vuelto a la normalidad y me pone contenta. Llevo tanto tiempo luchando por eso, que ahora me cuesta un poco asimilarlo. Supongo que necesito tiempo y trabajo, porque he hecho algo muy bueno, pero quiero que esto sea sólo el principio. Para eso tengo que seguir igual y que lleguen más cosas así. Lo de las WTA Finals no era un objetivo al principio de la semana pasada, pero ahora, ver que casi estoy clasificada es un sueño.
¿Esto compensa todo el sufrimiento que padeció por las expectativas cuando era adolescente?
Al final es muy complicado sobrellevar todo eso. Cuando veo a un jugador joven y lo hace bien en edad júnior, me entra miedo. Porque yo lo he vivido y sé lo que es lidiar con las expectativas. Me preguntan: ‘¿Cómo lo ves, jugará bien?’. Y contesto que eso es lo fácil, lo difícil es cómo gestionar la presión, el entorno… cosas que marcan mucho, más allá del talento. Cada uno tiene su tiempo y quiero remarcar eso, porque hay niñas jóvenes que con 17 piensan que tienen que ser las mejores. Y no es así, hay gente que gana torneos con 30. Hay que tener mucha paciencia. En mi caso, viví en una montaña rusa que me hizo más fuerte. Pienso que cuando eres tan joven no estas preparado para esto. Creo que aparte de cómo pegarle a la pelota, de derecha, de revés, habría que enseñar a llevar esas expectativas, esa presión, porque estás sólo en la pista y eso no lo conoces con 18 años.
Usted trabaja con un psicólogo, ¿cómo es esa relación?
No le quiero llamar psicólogo, Dani (de la Serna) es un confidente, un amigo, mi persona de confianza. Está siempre ahí para mí, para cualquier cosa. Hablamos diariamente, hay días que lo necesito menos y otros más. Hacemos videollamadas y estamos trabajando constantemente para mejorar y sobrellevar situaciones de tensión como las que pasé en Indian Wells, para cerrar partidos, entrar en pista y superar los miedos.
“Trabajaré cada día pensando en ganar un Grand Slam”
¿Y ahora qué?
Quiero seguir igual, ganando torneos así, ese es el siguiente paso. Estoy disfrutando fuera de la pista, trabajando mucho. Viajo con las mejores del mundo, que es lo que he querido desde pequeña, cuando gané Roland Garros júnior. Quería estar aquí y eso me hace feliz. Ganar me hace cumplir sueños, pero ya poder estar viviendo esto, lo es todo para mí.
¿Y qué calendario le queda?
Si estoy clasificada para las Finals (10 al 17 de noviembre en Guadalajara, México) no iré al torneo 250 de Cluj (25 al 31 de octubre) y quiero intentar gestionar el calendario para poder ir a la Billie Jean King Cup (la antigua Copa Federación, que se disputa en Praga del 1 al 6 de noviembre), porque sería importante poder jugar con mi país y representarlo. Está en mi mente ayudar.
¿El hecho de ganar un WTA 1.000 le demuestra que puede luchar por los Grand Slams?
Ese ha sido mi sueño y la meta por la que trabajado desde el principio. No sé si cuando termine mi carrera no habré ganado uno, pero que la gente tenga por seguro que voy a entrenarme cada día pensando en que voy a conseguirlo.