La selección liderada por Luis Aragonés enamoró con su fútbol de principio a fin durante esta Eurocopa. En la gran final volvió a dar una exhibición en el control del balón y en el manejo del partido frente a Alemania para que un histórico gol de Torres sellara la solemne competición realizada por su equipo. España volvía a ser campeona de Europa por segunda vez en su historia. (Foto de apertura: Fernando Torres marcó el gol que hizo a España campeona de Europa).
Alemania 0-1 España
Sun June 29, 2008 |
Ernst-Happel-Stadion (Vienna). 29-6-2008 |
Lehmann, A.Friedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm (-46′ Jansen), Frings, Hitzlsperger (-58′ Kurányi), Schweinsteiger, Ballack (c), Podolski, Klose (-79′ Gómez) |
Iker Casillas (c), Sergio Ramos, Marchena, Puyol, Capdevila, Marcos Senna, Iniesta, Xavi, Cesc (-63′ Xabi Alonso), David Silva (-66′ Cazorla), Fernando Torres (-78′ Güiza) |
Árbitro: Roberto Rosetti (Italia). |
Gol: 1-0 Fernando Torres 33′. |
España siguió probando su valentía
Si algo ha caracterizado a la selección española a lo largo de la Eurocopa ha sido su coraje, su arrojo. Estas cualidades le habían llevado a la final y no pensaba renunciar a ellas. Ni en los últimos minutos, cuando los aficionados vivían momentos más agónicos, España renunció al balón. Ni siquiera en ese trance hubo un gesto que tuviera el objetivo de perder tiempo. Ningún jugador se resguardó en un córner. No hubo pases seguros a Casillas, ni despejes sin sentido, ni protestas o simulaciones para que corriera el cronómetro sin el balón en juego. Al contrario de lo que hubiera hecho prácticamente cualquier equipo, los futbolistas españoles se lanzaron hasta el final en busca del segundo tanto con su fútbol puro, artístico y apasionado. Hubieran estado dispuestos a morir fieles a su estilo antes que renunciar a él. Pero, lejos de eso, pasarían a la historia como un equipo diferente y seductor.
Alemania se desinfló
Alemania empezó el encuentro siendo el rodillo al que tanto temían sus rivales. Tocaba, empujaba y amenazaba. Logró quitarle el balón a los españoles, que solo podían patearlo y rifarlo. El miedo se instaló en los seguidores de La Roja. Pero los de Luis Aragonés aguantaron el chaparrón hasta que el balón regresó con ellos. A los 22 minutos se confirmó la mejoría de la Selección con una clara ocasión de Torres que pegó en el poste. Los aficionados españoles confiaron de nuevo e hicieron retumbar el Prater con sus cánticos. Alemania ya había sido dominada. Esta vez sí, Torres marcó y ratificó la superioridad española en el minuto 33. La selección dirigida por Löw comenzó a desinflarse y confió su suerte al juego aéreo ante un rival que comenzó a tocar el balón con muy buen gusto. Apretó en algunos tramos pero el fútbol de España le desbordó. Los germanos no fueron capaces de remontar el encuentro y tuvieron suerte de no encajar más goles.
El susto del partido
Michael Ballack peleó cada balón como si fuera el último. En una de estas acciones tuvo que ser atendido por un cabezazo involuntario de Senna que le abrió una brecha en la ceja. Él mismo se retiró a la banda para que le cosieran la herida con la intención de no perder tiempo. Fueron cinco minutos de ausencia antes de un regreso que él árbitro invalidó porque todavía sangraba. Finalmente, volvió justo para intentar rematar sin éxito una falta lateral que el árbitro había mandado repetir. El alemán había sembrado las dudas en los días anteriores al encuentro por un problema en los gemelos. Por suerte para los alemanes, llegó sin problemas y fue el principal responsable de los buenos momentos que tuvo Alemania durante el partido.
El niño se convirtió en leyenda
El gol de Fernando Torres frente a Alemania cambió el rumbo de una Selección destinada hacer historia. Después de despejar las dudas que cosechó y superar sus pequeños desencuentros con Luis Aragonés, el futbolista se erigió como el gran héroe de la final al anotar el único tanto del partido. Xavi Hernández metió un pase en profundidad a Torres, pero parecía que Lahm llevaba mucha ventaja. Sin embargo, el delantero no se rindió. Corrió a por el balón repleto de fe y se comió al lateral alemán por velocidad y potencia, llevándose el balón y batiendo a Lehmann en su salida con un toque suave por encima del guardameta. Equipo y afición enloquecieron, era imposible contenerse. Quedaba mucho tiempo, pero la gloria estaba más cerca que nunca. Con este tanto el “Niño” se convirtió en el ídolo de todo un país, en una leyenda viva de la selección española. Había sustituido las lágrimas de decepción y tristeza por lágrimas de felicidad.
Los mejores del torneo
La hegemonía española no se quedó solo en el alzamiento de la Selección como campeona de la Eurocopa, también se reflejó los galardones individuales. Xavi Hernández, de 28 años, fue elegido por la UEFA como el mejor jugador de la competición. El centrocampista fue fundamental en el éxito de España con su pase perfecto y una lectura del juego superior a la del resto. Por su parte David Villa, de 26 años, lideró la tabla de goleadores. Pese a no poder jugar la final, el asturiano fue el máximo anotador de la competición con cuatro tantos. Los tres que marcó a Rusia le encumbraron y Podolski, su máximo competidor, no pudo alcanzarle aun jugando la final.
Mejor jugador
Xavi Hernández | Centrocampista | España |
Goleadores
Villa | España | 4 |
Pavlyuchenko | Rusia | 3 |
Podolski | Alemania | 3 |
Semih | Turquía | 3 |
Hakan Yakin | Suiza | 3 |
Arshavin | Rusia | 2 |