La Selección rompió contra Italia todos los maleficios que le perseguían. Primero estaba la “maldición de los cuartos”. Solo había superado esta fase en dos ocasiones, la última en la Eurocopa de 1984, donde fue subcampeón. En segundo lugar, por si no fuera suficiente reto, Italia era la vigente campeona del mundo y España llevaba sin ganarle en un gran torneo desde 1920. Por último, los jugadores de Luis Aragonés también tuvieron que hacer frente a la “maldición de las tandas de penaltis un 22 de junio”. Hasta en tres ocasiones perdieron por penaltis ese día (Mundial de México en 1986, Eurocopa de Inglaterra en 1996 y Mundial de Corea y Japón en 2002). Muchos datos en contra para los españoles. Sin embargo, no había miedo. Igual que en la fase de grupos, se vio a un equipo valiente, decidido a romper todos los maleficios que le acechaban. Y así fue. En la tanda de penaltis, Casillas paró dos lanzamientos y Fábregas, anotando su penalti con suma frialdad, acabó con cualquier preludio negativo que pudiera amenazar a España.

No fue este el único partido que se decidió desde los once metros, pues Turquía también se clasificó tras imponerse a Croacia en una milagrosa tanda de penaltis. Rusia, por su parte, sorprendió al eliminar a Holanda tras ser superior en la prórroga. Los que menos sufrieron fueron los alemanes frente a Portugal, que aunque no le perdió la cara al partido, fue bastante inferior. (Foto de apertura: Casillas fue el héroe de España por parar dos lanzamientos en la tanda de penaltis).

Mala defensa lusa 

Atrás quedaron las dudas alemanas. Con la llegada de los cuartos de final, los jugadores de Joachim Löw no fallaron. Portugal no le perdió la cara al partido, pero tres desajustes defensivos acabaron con sus sueños. En cinco minutos Alemania marcó dos goles, primero Podolski y luego Schweinsteiger, y le complicó mucho las cosas a los lusos. Aunque poco antes del descanso Nuno Gomes acortó distancias y mantuvo la esperanza de su selección.

Ballack acabó con la fe de Portugal

Portugal salió con fe en la segunda mitad, pero a los 15 minutos Ballack volvió a quitársela de un plumazo al rematar de cabeza otra falta de Schweinsteiger. Los portugueses reclamaron falta del alemán por empujar a Ferreira, pero el marcaje volvió a ser pésimo. Un gol de cabeza de Postiga a pase de Nani tres minutos antes de cumplir el tiempo reglamentario volvió a darle algo de emoción al partido, pero Alemania no pensaba dejar pasar su tren a la semifinal.

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Nuevo milagro turco

Turquía se clasificó para sus primeras semifinales de una Eurocopa pese a que iba perdiendo en el minuto 119. Logró forzar una asombrosa tanda de penaltis en la que superó a una Croacia que había sido superior durante la mayor parte del encuentro. Los croatas dispusieron de más ocasiones de gol y crearon más juego. Sin embargo no consiguieron anotar. Turquía también tuvo alguna oportunidad, pero sin éxito. El partido se fue a la prórroga y llegó la agonía. El primer tanto llegó en el 119', obra de Ivan Klasnic, que remató de cabeza una genialidad de Modric. El partido parecía estar resuelto. Pero una vez más, Turquía tuvo fe y el dios de fútbol lo tuvo en cuenta. En el descuento Semih Senturk consiguió el milagroso empate con un zambombazo a la escuadra.

Intercambio de papeles

En la acción del gol croata, Modric le había rebañado el balón a Rustu para asistir a Klasnic. Una acción que dejaba al guardameta como el villano de Turquía y al centrocampista como uno de los héroes de Croacia. Pero la tanda de penaltis provocó un intercambio de papeles. En ella, todos los jugadores turcos anotaron, mientras que tres croatas fallaron. Y fue precisamente Modric quien erró primero, complicando mucho las cosas a su selección, y añadiendo su único borrón a su espléndido torneo. Después falló Rakitic y, finalmente, Rustu desvió el lanzamiento de Petric. Con esta acción pudo resarcirse de la anterior y erigirse como héroe.

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 Arshavin guió a Rusia a semifinales

En un encuentro igualado, apareció Arshavin para marcar la diferencia. El primer gol no llegaría hasta la segunda parte y fue el centrocampista ruso quien inició la jugada. La puso para Semak, que corrió por la banda para asistir al goleador, Pavlyuchenko. A falta de cuatro minutos, cuando todo parecía perdido, Sneijder y Van Nistelrooy mantuvieron con vida a Holanda con una falta botada por el centrocampista que cabeceó el delantero a la red.

Ya en la prórroga, Rusia, con Arshavin al mando, fulminó a su rival. En el minuto 112 el futbolista ruso entró por la banda izquierda y, aunque muy forzado por el defensa holandesa, se sacó un centro bombeadísmo desde la línea de fondo que Torbinski empujó ante la imposibilidad de Van der Sar, totalmente superado, de evitar el tanto. Tan solo cuatro minutos después, Arshavin selló su fantástica actuación con el gol que metía a los rusos en semifinales, un mano a mano con Van der Sar que solventó con un tiro raso y potente al palo contrario.

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 España fue superior pero chocó contra el muro italiano

Para cambiar la historia, Luis Aragonés confió en los mismos hombres que ante Rusia y Grecia se dejaron el alma. Mientras, Donadoni, suplió las ausencias de Pirlo y Gattuso con las entradas de Aquilani y Ambrossini. La batalla la ganó el técnico español. Mientras Italia rechazó el buen juego y confiaba en que el miedo de España le daría la oportunidad de ganar, La Roja fue más valiente que nunca. Esta vez no había temor, sino determinación. Fue fiel a sí misma, con puro fútbol. Se vivió un duelo intenso pero con muy contadas oportunidades de gol. España fue superior, insistió constantemente, pero no logró materializar sus numerosas ocasiones. Le costó mucho abrir la zaga italiana y no pudo batir a Buffon.

Los azurri también tuvieron alguna acción de peligro, pero tampoco conseguían derribar el muro español, y mucho menos a Casillas, que hizo dos meritorias paradas evitando la derrota de su equipo. Todo se decidiría en los penaltis, como quería Italia. Aunque no todo salió como deseaban. Porque ahí estuvo de nuevo el guardameta español para amargarles la noche.

San Iker

Un duelo entre los dos mejores porteros del momento solo podía resolverse en una tanda de penaltis. Buffon trató de bromear con el portero español antes de los penaltis, quería distraerle, hacer que bajara la guarda. Pero Iker no cayó en su trampa. Llegó el momento decisivo y el protector de la portería desempeñó perfectamente su función.

Marcó Villa para España, Grosso para Italia y Cazorla de nuevo para los españoles. El cuarto penalti de la noche cambió la historia. Lanzó De Rossi y paró Casillas por arriba. Alegría contenida en la Selección. Muchos nervios. Senna y Camoranesi marcaron sus respectivos penaltis. Después Buffon detuvo el golpeo de Güiza. Seguía la guerra de porteros. Continuaban los nervios a flor de piel. Italia tenía en su poder la oportunidad de empatar. Pero no. El Santo no lo iba a permitir. Casillas se lanzó a la izquierda y atajó el penalti de Di Natale. Una parada que valió oro. Si Fábregas marcaba la Selección estaría en la semifinal. Y el centrocampista no falló. Cogió el balón convencido de que iba a ir dentro y engañó a Buffon por completo. El portero se lanzó a la derecha y el esférico fue hacia la izquierda. Ahora sí, se desató la alegría. Casillas había ganado su duelo particular con Buffon y España había logrado romper su maldición de los cuartos.