En el Mundial de 2006 la inexperiencia llevó a España a caer en octavos frente a Francia. Dos años después, gracias al enorme trabajo de Luis Aragonés, la Selección llegaba a esta Eurocopa como un equipo más compacto y ambicioso, siendo uno de los grandes favoritos al título junto a Alemania. Había conseguido despertar la ilusión de todos los españoles. Ya estaba olvidado el fracaso de 2004, cuando el que el equipo, pese a llegar también con buenas sensaciones, se derrumbó a la hora de la verdad. “Esta vez será distinto, es el momento”, comentaban entusiasmados. Y vaya si fue distinto. Los futbolistas debieron empaparse bien del optimismo de los aficionados y su confianza depositada en ellos, porque salieron a jugar como si la vida les fuera en ello. En todos los partidos dejaron claro que no se conformaban con un resultado que no fuera la victoria. ¿El resultado? Pleno de victorias. Debutaron con una brillante goleada contra Rusia, supieron sufrir ante a Suecia y lucharon como titanes, aun estando ya clasificados como primeros de grupo, frente a Grecia. Resultaba imposible no soñar con este equipo. (Foto de apertura: Fernando Torres celebra su gol a Suecia con sus compañeros David Villa y Sergio Ramos).

Grecia se hundió

Grecia afrontaba este torneo como vigente campeón. Quería probar que lo logrado en Portugal no fue fruto de la casualidad. Pero no pudo. Pasó de estar en la cima a caer a lo más hondo. De ser la mejor selección a la peor. El conjunto de Otto Rehhagel no sólo mantuvo la “maldición” que impide que los campeones repitan título, sino que obtuvo los peores resultados de los 16 participantes en el torneo al no haber conseguido ni un solo punto. Perdió los tres partidos que jugó y sólo consiguió anotar un gol. El técnico quiso quitarle hierro al asunto y no ser tan catastrofista: “Cuando ganamos la Eurocopa pasamos del puesto 93 al octavo. Después de esto vamos a bajar algo, pero tampoco pensamos que íbamos a revolucionar el fútbol europeo”, añadió.

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 El sueño comenzó con goleada

España debutó a lo grande en la Eurocopa 2008. Cuatro goles marcó a su rival más duro de la fase de grupos. Cuatro tantos que llegaron en situaciones de sorpresa y contraataque. Esto reflejaba la fortaleza de la Selección, pues se filosofía era el juego de toque, pero demostró ser capaz de adaptarse a cualquier circunstancia.

Fue un gran partido de equipo, pero cabe destacar el papel David Villa, artífice de tres goles. Con él empezó todo. Abrió la lata gracias a un regalo de Torres y, a partir de ahí, la Selección empezó a lucirse y los rusos no tuvieron nada que hacer. Al borde del descanso, el asturiano atestó otro duro golpe a su rival. Tras un magnífico pase de Iniesta hizo el segundo y amplió la distancia en el marcador. Diez minutos después llegaría el colofón a su gran noche con un gol de gran calidad con el que cuajó su hat-trick. Ni si quiera el gol de Pavlyuchenko logró empañar el encuentro de España, pues Fábregas pronto se encargó de hacer olvidar este tanto con otro. El futbolista catalán cabeceó el rechace de un disparo de Xavi y culminó la goleada española.

Cisma en Rusia

Una semana después de lesionarse, Progrebnyak volvió a casa. Había recibido luz verde de los médicos para jugar, con dolor, pero sin riesgos. Sin embargo, el delantero no se atrevió. Tenía 24 años y era la primera vez que sufría una lesión seria, por lo que no se fiaba de sí mismo.

Esta situación provocó un enfrentamiento entre el presidente de la Unión Rusa de Fútbol, Vitali Mutkó, y Guus Hiddink. Antes de que Progrebnyak decidiera marcharse, Mutkó afirmó que el futbolista no podría disputar el torneo. Pero Guus Hiddink era más optimista y decidió mantenerlo en la concentración para que se recuperara con los fisios porque pensaba que solo se perdería el primer encuentro, ante España. Esta contradicción se saldó con un comunicado oficial que decía que todo había sido “un malentendido”.

Denisov se negó a jugar la Eurocopa

Son pocos los jugadores que renuncian a jugar con sus selecciones torneos importantes. Pero algunos hay. En el Grupo D se conoció el caso de Igor Denisov. El centrocampista había sorprendido a Guus Hiddink con su actuación en la final de UEFA, donde marcó el primer gol, y decidió incluirlo en la lista provisional de 25 jugadores. Sin embargo, el seleccionador ruso anunció después que el futbolista había rechazado ir. "Le hemos elegido para la selección, pero él lo ha rechazado. Bueno, es su decisión. Puede que no se sienta preparado para ser jugador de la selección nacional”, analizó Hiddink. Posteriormente el centrocampista sí jugó con su selección bajo las órdenes de Hiddink.

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Ibrahimovic marcó la diferencia

Solo Ibrahimovic logró aplacar los bostezos del estadio Wals-Siezenheim. Ambos equipos comenzaron atacando, pero pronto se cansaron y el partido adquirió una dinámica muy aburrida. Los espectadores comenzaron a descargar su ira en forma de pitada, demandaban fútbol, goles, espectáculo. Y de repente apareció Ibrahimovic con su magia para atender sus peticiones y levantarles del asiento. El delantero recibió un saque de banda, ensayó la pared con Larsson y se inventó un derechazo imparable que entró por la escuadra de Nikopolidis. Cinco minutos más tarde, Nilsson casi sin querer hizo el 0-2 definitivo. Fue entonces cuando Grecia se dio cuenta de que el equipo contrario también tenía una portería para marcar e intentó buscarla, pero sin éxito.

Wilhelmsson, de jugador a espía

La Eurocopa llegó a su fin para Christian Wilhelmsson en este encuentro. Tuvo que abandonar el terreno de juego lesionado y al día siguiente el doctor del equipo confirmó que el futbolista sufría una rotura fibrilar en su pierna izquierda que le descarta para lo que quedaba de torneo. No obstante, Wilhelmsson encontró la manera de seguir ayudando a su equipo. “A partir de ahora tendré que hacer de espía. Le contaré a Lagerback los secretos de España”, comentó.

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 Villa señaló el camino

Torres abrió la lata a los 15 minutos de partido y provocó unos cuantos “olés” en la grada. Pero Ibrahimovic, de nuevo el gran protagonista de Suecia, empató y borró la sonrisa a los españoles pronto. España no encontraba la fórmula. Las dudas dominaban su juego. En ataque era demasiado previsible, mientras que en defensa no se entía cómoda y sufría demasiado con el delantero sueco. Por suerte para los de Luis Aragonés, Ibrahimovic fue sustituido en el descanso. Con esto, Suecia se encomendó a una defensa que se conformaba con el empate. España recuperó el balón, pero seguía chocando contra el muro sueco. Hasta el minuto 92, cuando apareció Villa para salvar a la Selección. Capdevila lanzó en largo desde la defensa, el asturiano acudió al balón marcado por Hansson, le ganó en velocidad, le recortó hacia dentro y batió a Isaksson con un disparo cruzado. Éxtasis total. España estaba clasificada como primera de grupo. El Guaje había roto la maldición de ser eliminados en la primera fase.

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Dosis de realidad para el campeón

Cuatro años después de Portugal, los griegos se bajaron de su tren de campeones en la primera estación. El sueño había acabado. Sonó la primera alarma contra Suecia en el primer encuentro y les terminó de despertar Rusia con el tanto de Zyryanov.

Consciente de que solo valía la victoria, Otto Rehhagel trató de ser valiente después de que sus propios jugadores le calificaran de miedoso. Decidió aparcar la fórmula de los tres centrales para ir a por el partido. Y pagó caro su apuesta. La defensa responsable del éxito en Portugal, se desmoronó y su banda no supo encontrar el tono para generar peligro.

Gekas se marchó en ambulancia

El gran susto del encuentro lo dio el delantero de Grecia Theofanis Gekas, que abandonó el estadio en ambulancia. El ariete entró en el terreno de juego a la hora de partido sustituyendo a su compañero Liberopoulos y acabó el partido sin aparentes problemas. Sin embargo, había sufrido una fractura en el pómulo que le obligó a pasar la noche en el hospital y ser operado. No fue nada grave pero le impidió jugar contra España para despedirse de la Eurocopa en el terreno de juego.

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Partido de estrenos

De la Red y Güiza eligieron un gran momento para estrenarse como goleadores con la Selección. Sus tantos permitieron una remontada que culminó la perfecta fase de grupos de España.

Con la clasificación en el bolsillo, Luis Aragonés dio la oportunidad a los que no habían disfrutado de minutos en los anteriores encuentros. Y no defraudaron. Tuvieron un contratiempo con el gol de Charisteas que supuso un jarro de agua fría porque llegó cuando mejor estaban, pero supieron reponerse a lo grande. De la Red recogió una dejada de Güiza y empalmó con violencia el balón al fondo de la red para empatar el partido. Sin embargo, España no se conformaba con el empate, solo valía ganar. Güiza también quería más. La asistencia no era suficiente. Por eso, a falta de dos minutos para que finalizara el tiempo reglamentario aprovechó el balón que le puso Sergio García desde la banda derecha para cabecear el balón dentro de la portería y culminar la remontada.

Despedidas

La previa del encuentro entre Grecia y España estuvo marcada por las despedidas. Antonis Nikopolidis y Paraskevas Antzas anunciaron que se retirarían de la selección griega tras este partido.

Antonis Nikopolidis, uno de los héroes de 2004, defendió en 90 ocasiones la portería griega y fue uno de los héroes de la selección de Grecia que sorprendió al mundo al proclamarse campeona de la Eurocopa 2004, en la que derrotaron dos veces al anfitrión, la segunda de ellas, en la final. El guardameta afirmó que tenía la decisión tomada desde hacía tiempo y que estaba "muy orgulloso y feliz por haber defendido durante todo este tiempo” la portería de su país.

Antzas, por su parte, fue internacional en 26 ocasiones. "Quiero dar las gracias a Otto Rehhagel y al resto de los miembros del equipo técnico. Y a los jugadores que seguirán jugando en la selección les deseo lo mejor", expresó el jugador, que no quiso especificar los motivos que le impulsaron a anunciar su retirada del equipo nacional.

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Arshavin puso la guinda

Con ambas selecciones empatadas a puntos, pero con Suecia por delante gracias a la diferencia de goles, fue el equipo de Hiddink el que mostró una mayor ambición y se acabó clasificando. Arshavin fue el encargado de esto con su electricidad. Se movía por la zona de ataque como Pedro por su casa y fue clave en los dos tantos. En el primero parece que no participó, pero sí lo hizo de forma indirecta. Pues mientras Mellberg y Hansson estaban demasiado ocupados vigilándole, el resto del equipo trenzó la jugada del tanto que anotó Pavlyuchenko tras un preciso centro de Anyukov. En el segundo gol sí participó directamente, pues fue el encargado de clausular la fase de grupos de Rusia con un disparo cruzado.