El cuadro albinegro estará, por cuarta temporada consecutiva y sexta en los últimos ocho años, en la pelea por el ascenso al fútbol profesional. Su año, brillante, tuvo dos etapas: la de Gustavo Munúa y la también magnífica de Borja Jiménez. Tendrá una doble oportunidad y su primer rival será el Atlético Baleares.
El FC Cartagena quiere dejar de ser el ‘eterno’ aspirante al ascenso a Segunda División. La entidad presidida por Paco Belmonte buscará una campaña más el retorno al fútbol profesional, del que salió hace ocho años y al que ha intentado volver desde entonces sin éxito, viviendo momentos dramáticos como el que ocurrió en 2018 en Majadahonda. En tierras madrileñas se saboreaba la vuelta a Segunda pero en el 97’ de partido un gol en propia puerta de Zabaco llenó de lágrimas a toda la familia albinegra.
Un presupuesto y un equipo para la élite
Si por algo se ha caracterizado el FC Cartagena en estos últimos años es porque se ha vuelto a levantar de cada golpe recibido, por muy duro que fuese. Cada verano se volvía a confeccionar un proyecto que ilusionaba a la afición, mejorando el anterior y haciéndose con la vitola de favorito del Grupo IV, para muchos el más complicado de los cuatro que componen la división de bronce. Es lo que ocurrió, por ejemplo, hace ahora un año cuando se cayó frente a la SD Ponferradina. Se renovó la confianza en Gustavo Munúa y se confeccionó un plantel de garantías para volver a intentarlo.
Para este curso el club albinegro contó con un presupuesto superior a los dos millones de euros, uno de los más altos de los 80 clubes que participan en Segunda B. Le ha permitido confeccionar un bloque sólido, con jugadores experimentados incluso en Primera División (Verza), retener a Elady (que tuvo ofertas de Segunda) e incluso apostar por un ex mundialista como Fucile, que se marchó en diciembre a la misma vez que Munúa. El técnico uruguayo, que tenía al equipo líder, no pudo decir que no a una oferta de Nacional, club de su país natal en el que se formó.
La salida de Munúa, que sorprendió a todos, fue reemplazada con éxito con la incorporación de Borja Jiménez. Aunque en los primeros encuentros costó, el equipo fue mejorando y había alcanzado su mejor versión del año en el momento de la suspensión de la competición. El choque frente al Córdoba CF fue un ejemplo del potencial del FC Cartagena, que pasó por encima de un rival directo en la pelea por la primera posición. Ese día se recuperó el liderato gracias a conseguir los tres pintos en el Nuevo Arcángel y al tropiezo del Marbella FC en su visita al Recreativo de Huelva.
El Cartagena celebra uno de los goles de esta temporada. Andy Cespedes
UN MURO DEFENSIVO
El actual FC Cartagena tiene poco que ver con el de campeonatos anteriores, reconocido incluso aquellos que han formado parte de otros equipos. El lunar de aquellas plantillas, siempre con futbolistas de nivel para la categoría, estaba en la solidez defensiva, mientras que en el apartado ofensivo se encontraba su punto fuerte. Desde que la eliminación en Ponferrada el objetivo era conformar una plantilla más sólida en la parte de atrás y se consiguió. Una prueba de ello es que Marc Martínez estuvo 10 partidos sin encajar gol y en las primeras 13 jornadas únicamente se recibieron dos tantos. Una de las preocupaciones del FC Cartagena, al igual que las del resto de equipos que pelearán por el ascenso, es el estado físico en el que llegarán los futbolistas. Saben que no será el ideal para afrontar el tramo decisivo del año, para el que llevan trabajando durante todo el año. En estos meses de parón, sobre todo después de regresar a los entrenamientos, tanto Borja Jiménez como los jugadores han hecho hincapié en la concentración y en cometer pocos errores para lograr el ascenso. Saben de la presión que tienen a sus espaldas y están convencidos de que pondrán fin a ocho temporadas en Segunda B y que harán disfrutar a su afición, el curso próximo, con la cuarta campaña de su historia en la división de plata.
Todos los jugadores del Cartagena
Nombre
Edad
Posición
Dorsal
Esteve
23 años
Portero
13
Marc Martínez
30 años
Portero
1
Carlos David
34 años
Defensa
20
David Andújar
28 años
Defensa
2
David Forniés
29 años
Defensa
3
Diego Johanesson
26 años
Defensa
4
Markel Etxeberría
25 años
Defensa
22
Sergio Ayala
27 años
Defensa
5
Álex Martín
22 años
Defensa
15
Berto Cayarga
23 años
Centrocampista
14
Carrasquilla
21 años
Centrocampista
18
Cordero
32 años
Centrocampista
6
Jurado
27 años
Centrocampista
16
Lucas de Vega
20 años
Centrocampista
17
Quim Araujo
32 años
Centrocampista
7
Verza
33 años
Centrocampista
8
Elady
29 años
Delantero
11
Jovanovic
21 años
Delantero
19
Manu Viana
25 años
Delantero
21
Pablo Caballero
33 años
Delantero
9
Santi Jara
29 años
Delantero
10
Vinicius Tanque
25 años
Delantero
22
William de Camargo
21 años
Delantero
30
Cuando se confeccionó la actual plantilla del FC Cartagena muchos pensaban que Elady volvería a ser la bandera de la entidad albinegra. Se rechazaron ofertas por el extremo andaluz, al que incluso se le renovó al alza. Otras opciones podían ser algunos de los fichajes, como Marc Martínez, Verza, Araujo o el ariete argentino Caballero. Nadie pensaba que Carrasquilla, un joven panameño de 21 años que llegó de tapado, se haría fundamental, el referente de un aspirante al ascenso a Segunda División. Carrasquilla, procedente del Tauro FC, era una apuesta de la dirección deportiva albinegra. Vino cedido y con una opción de compra al final de temporada si el FC Cartagena lograba el ascenso. Su buen hacer sirvió para que el club pagase, en diciembre, 300.000 por él sin saber en qué categoría se competirá la próxima campaña. Con ese movimiento se anticipó al interés Carrasquilla había despertado en clubes de México, Inglaterra y, por supuesto, en España. A día de hoy el panameño es indispensable para Borja Jiménez, es un portento físico no exento de calidad que se ha ganado el respeto de compañeros y afición.
Hubo otras buenas noticias en el FC Cartagena además de Carrasquilla. Los jóvenes William y De Vega, cedidos por el CD Leganés y el FC Barcelona, dieron un paso adelante y se ganaron un puesto en el once por delante de futbolistas experimentados como Araujo o Santi Jara, incluso dejando en el banquillo en alguna ocasión a Elady. En una temporada en la que se esperaba más de Elady, Araujo, Jara, Caballero y Jovanovic, la presencia de Carrasquilla, William y De Vega, unida a los fichajes invernales de Cayarga y Vinicius Tanque, fue un alivio para el cuerpo técnico. En un momento tan decisivo como el playoff exprés, además de la fuerza de los jugadores jóvenes, el FC Cartagena podrá tirar también de la experiencia en clubes de competiciones superiores de Verza (ex Levante, Almería y Albacete), Cordero (ex Sevilla Atlético, Xerez, Nástic y AEK Atenas), Johannesson (Real Oviedo) y Andújar (Rayo Majadahonda), entre otros. Incluso será un buen momento para que los arietes Caballero (Lugo y Almería) y Jovanovic (cedido por el Cádiz) den la versión esperada por ellos y con su participación ayuden a que el cuadro de Borja Jiménez consiga el ascenso.
El Cartagena, en el partido ante el filial del Cádiz. ALVARO RIVERO (DIARIO AS)
Con 34 años, Borja Jiménez logró lo que muchos entrenadores persiguen durante toda su trayectoria: ascender a Segunda División. Lo hizo con el CD Mirandés y dejando atrás al Atlético de Madrid B, Recreativo de Huelva y Atlético Baleares. No disfrutó de la categoría de plata porque apostó por una aventura a nivel internacional, en el Asteras de la Primera División de Grecia. No fueron las cosas como esperaba pero el destino le tenía preparado otro reto apasionante, buscar el retorno al fútbol profesional con el FC Cartagena. A la entidad albinegra llegó con la presión de tener que sustituir a Gustavo Munúa, que se había convertido en algo más que un entrenador para dirigentes, jugadores y afición. Con sencillez y pasión por su trabajo, Jiménez se fue ganando la confianza del entorno y a día de hoy nadie discute que bajo su mando se vio al mejor FC Cartagena de la temporada, ese que recuperó el liderato en la última jornada disputada antes del parón en un sobresaliente encuentro ante el Córdoba CF, rival directo.
Borja Jiménez se aleja de la imagen de técnico joven, distante y con un lenguaje ‘profesionalizado’. Habla con naturalidad de su equipo, de los rivales y de cualquier otro tema social. Sus 35 años no fueron un hándicap para embarcarse en un proyecto en el que la presión por ascender existía desde el mismo momento de firmar, ni para ganarse el respeto de un plantel con jugadores experimentados incluso en categoría superior. Se mantuvo tranquilo con las críticas de los primeros encuentros, confió en el plantel y en su idea de juego y no sacó pecho cuando todo el trabajo comenzó a dar sus frutos.
Borja, un año después, tiene la oportunidad de repetir éxito ante el mismo rival, el Atlético Baleares. Alcanzarlo sería un paso adelante en su corta carrera profesional pero no se preocupa de ello. Si lo consigue lo verá con la normalidad con la que vive su día a día y será un premio más a su apuesta por los banquillos y el deporte, algo que le inculcó su padre y por lo que tuvo que dejar cosas atrás de las que "no me arrepiento, cada uno es lo que quiere ser".
BORJA JIMÉNEZ: "CON ESTE FORMATO, EL AZAR INFLUIRÁ MUCHO"
Lo primero de todo, ¿cómo ha vivido Borja Jiménez la crisis sanitaria provocada por la Covid-19?
Como todos, confinado y además lo hice estando sólo en casa, lejos de la familia. Por momentos, asustado por cómo evolucionaba todo y siempre muy responsabilizado, cumpliendo las normas. Intenté estar activo a nivel mental, tener la mente ocupada, algo importante en este tipo de situaciones.
¿Cómo fue la vuelta a los entrenamientos?
Diferente a lo habitual, a lo que estábamos acostumbrados, porque fue por grupos reducidos. Las primeras semanas incidimos en matices físicos y tácticos a nivel individual. Había que adaptarse a los protocolos marcados, respetar las distancias. Estábamos tranquilos porque cuando se hablaba de fechas de playoff había tiempo por delante para prepararlas. Cuando ya pudimos trabajar todos juntos la dinámica ha sido la de antes del parón.
¿Cómo llegó el equipo?
Era difícil regresar en buenas condiciones después de 70 días parados, al igual que será difícil afrontar el playoff después de cuatro meses sin competir. Con el formato que se ha establecido influirá mucho el azar, habrá que tener niveles muy altos de concentración para no cometer errores. Sólo hay que ver lo que está ocurriendo en el fútbol profesional, a los equipos les ha costado coger el ritmo.
¿Pensó que no se volvería a jugar?
Por momentos sí, hubo de todo. En abril era impensable retomar la competición, el volver a disputar un partido de fútbol. El número de fallecimientos y el de contagiados era muy alto. Por fortuna se ha reducido y estamos encantados de que se pueda volver a jugar. Desde el primer día dije que siempre que no hubiera riesgo nuestra idea era jugar, como así ocurrirá.
¿Qué le parece el formato elegido?
Cuando se tomó la decisión, con las dificultades de aquel entonces, era la única manera posible de acabar. Ahora estamos viendo que LaLiga se desarrolla con normalidad y creo que si se tuviera que decidir hoy sería diferente. Pero hace unos meses el formato elegido era la opción más viable.
Les tocó el Atlético Baleares, ¿qué opina del rival?
Es un adversario al que ya me enfrenté en el playoff de la temporada pasada. Mantiene al entrenador, Manix Mandiola, y a muchos jugadores que se han adaptado a la forma de entender el fútbol de su técnico. No era sencillo ser primero del Grupo I y lo consiguieron, al igual que el año anterior lo fueron en el Grupo III. Es uno de los mejores equipos de Segunda B, lo ha demostrado. Pero, con el máximo respeto que le tenemos, intentaremos buscar sus debilidades.
El año pasado ascendió ante el Atlético Baleares, ¿podría influir en el rival?
No sé cómo me hubiese afectado a mí. No le dedicaré mucho tiempo a este detalle, tendrán que gestionarlo ellos. También está Cayarga, que lo consiguió en la primera eliminatoria con el Racing de Santander. Pero son playoffs diferentes. Eso sí, intentaremos jugar nuestras cartas, sacar partido de las experiencias vividas en los momentos anteriores al encuentro. Hay que utilizar todo lo que esté a nuestra disposición y nos ayude.
¿Hay menos presión por tener dos oportunidades para buscar el ascenso?
Nosotros ahora mismo no nos imaginamos otro escenario que no sea el Atlético Baleares, trabajamos para ganar ese partido. Si después el resultado no es el que queremos, nos replantearemos la situación. No he estado nunca en esa tesitura, no sé cómo la afrontaría. Ahora no hay factor campo, es un playoff raro y el que mejor se adapte a todas las circunstancias tendrá el camino bastante hecho.
¿Claves para conseguir el ascenso?
Estar concentrados, manejar bien las emociones. Un playoff como este, donde te juegas todo a 90 minutos, no se puede afrontar de otra manera. Es una final. Pero hay que tomárselo con relativa normalidad, hemos hecho bien las cosas hasta hoy y cuando empiece a rodar el balón decidirán los jugadores.
¿Se notará jugar sin aficionados?
Va a ser diferente. En función del resultado que obtenga cada equipo se dirá que fue positivo o negativo. Servirá de excusa. Es fútbol e influirá pero veremos de qué manera.
Aunque el objetivo es no estar en Segunda B la próxima campaña, ¿cómo ve el futuro de la categoría de bronce?
La Segunda B necesita una reestructuración, lo tenemos claro todos. También que contar con 100 equipos la próxima temporada es algo inviable de cara al futuro, pero se hace con la idea de introducir en la siguiente campaña la Liga Pro. A día de hoy es complicado decir si será un cambio para bien o para mal a nivel general, pero es necesario llevarlo a cabo.