Fabio Capello ya ordena y manda. Para empezar, su opinión ha resultado determinante para que el club cancele el compromiso adquirido para jugar un amistoso que debía celebrarse en Chile durante la gira de agosto por el continente americano. El italiano se reunió con Mijatovic y Ramón Calderón en la tarde del miércoles y, tras exponerle el presidente los contratos firmados para jugar dos bolos en Salt Lake City y Santiago de Chile, determinó que éste último podía provocar un quebranto en la preparación de la plantilla.
El problema es que entre la ciudad de los Mormones y la capital chilena había organizado un desplazamiento agotador con una escala en Miami, con un recorrido superior a los 9.000 kilómetros. Además, en esas fechas de agosto la previsión meteorológica en Chile prevé una temperatura de sólo dos o tres grados sobre cero. Ese frío desaconseja jugar un amistoso que apenas dejaba en caja 2,5 millones de euros. Una cantidad discreta si valoramos que en el parón navideño de 2006 se jugará un bolo en Abu Dhabi que dejará en caja ¡12 millones de euros!
Lo que sí es seguro es que Capello viajará con sus chicos a Estados Unidos. De hecho, el partido de Salt Lake City (que podría adelantarse al 8 de agosto) ha quedado confirmado junto a un segundo amistoso que podría disputarse en Washington. Por ambos compromisos el Madrid cobraría más de diez millones de euros. Cabe recordar que Ramón Calderón ya dejó claro en su campaña electoral que no se cargaría las giras asiáticas y americanas "pero sí antepondremos los intereses deportivos".
En la reunión de la directiva celebrada ayer, la primera del presidente electo, quedó claro que el club no renunciará a unos ingresos tan importantes "porque sirven para equilibrar los presupuestos y sostener los salarios de nuestras estrellas".
Sin embargo, la firme decisión de Capello con Chile refuerza las nuevas directrices que marcarán el futuro de estas giras de verano. No hay que olvidar que Vanderlei Luxemburgo se quejó amargamente hace un año por tener que asumir una gira de 17 días que tuvo a los galácticos de continente en continente (empezó en Estados Unidos y saltó a Japón, China y Tailandia), dando pie a una temporada aciaga con un equipo derrumbado físicamente.
