CORONAVIRUS

Tres razones para que una nueva cepa de la COVID se convierta en una nueva pandemia

Comunidad de Madrid

El infectólogo del hospital Ramón y Cajal, Santiago Moreno, ha explicado en la Cadena Ser que su origen está en la persistencia del virus en los pacientes.

Además del incremento constante de contagios y muertes por coronavirus en todo el planeta, una de las mayores preocupaciones dentro de la gestión de la COVID-19 es la incidencia que puedan tener las diferentes variantes del virus en los infectados o a la hora de contagiarse. De hecho, además de la sudafricana y la británica poco a poco se están detectando más.

La comunidad científica y sanitaria está dedicando numerosos esfuerzos para que no vayan a más, ya que es posible que estas mutaciones puedan dar lugar a una nueva pandemia. Así lo ha asegurado Santiago Moreno, jefe de Enfermedades Infecciosas del hospital Ramón y Cajal de Madrid, en los micrófonos de la Cadena Ser.

Para este infectólogo, existen tres razones o circunstancias que, de darse, podrían plantear un escenario diferente en el que la COVID-19 pase a ser algo del pasado y haya que destinar todos los recursos disponibles a una pandemia nueva y peor.

Las condiciones que pueden aumentar la preocupación

En primer lugar, para Santiago Moreno, de momento no hay indicios para preocuparse en exceso: "Clínicamente no parece haber diferencias en la variante británica. Afortunadamente parece que solo incide en la capacidad de transmisión y no en su gravedad".

Sin embargo, reconoce que esa suerte podría cambiar en el caso de que "una de esas mutaciones cambiase el carácter del virus, por ejemplo que se hiciese resistente a las vacunas, que fuera más transmisible y más virulento. Esto daría lugar a una pandemia diferente. Esto es excepcional, hay una posibilidad, pero es raro".

"El peligro está en que se establezca en infecciones crónicas y persista durante largos periodos en algunos pacientes, en concreto en pacientes inmunodeprimidos. Parece que las mutaciones podrían originarse merced a esta persistencia en algunas personas y no podemos hacer nada para evitarlo. Pero es una eventualidad poco probable", continúa el experto.

¿Qué hacer para protegernos?

Hay que ser conscientes, explica Moreno, de que es algo que ya no externo a España, que nos puede afectar a cualquiera de nosotros: "Al principio cuando hablábamos de la cepa británica hablábamos de antecedentes que provenían de Reino Unido. Ahora ya no. Ahora indica que hay transmisión aquí. Sabiendo además que la variante británica tiene más probabilidad de causar brotes".

El jefe de Enfermedades Infecciosas del hospital Ramón y Cajal valora positivamente cómo se ha gestionado hasta el momento en España: "Nuestras medidas deben seguir siendo las mismas, la única duda está sobre el uso de mascarillas que hay que hacer. Pero sería lo único que habría que modificar para protegernos de la nueva variante. Probablemente nos vamos a infectar de manera más rápida que antes aun así".

Las cifras de contagios siguen aumentando en España, y ya se ha reconocido que la variante británica puede ser "la predominante a final de febrero o en la primera quincena de marzo", en palabras de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).

Ante eso, Moreno cree que será difícil que algo cambie sin la vacuna. "Si no se aplican medidas diferentes cuya contundencia garantizara una bajada más rápida, es probable que hasta que la vacuna no haga efecto sigamos registrando casos por encima de los 25 por 100.000 habitantes", explica, y añade: "La solución definitiva la traerá la vacuna. Hasta entonces tenemos que hacernos a la idea de que vamos a vivir en condiciones muy parecidas a la actual".