La Vuelta llega a los pies de los Pirineos a través de tres puertos en los últimos 60 km en una etapa propicia para las fugas y la batalla.
La llegada de La Vuelta a los pies de los Pirineos se hará a través de la provincia de Huesca y el Alto Aragón, con una jornada de media montaña en la que muchos equipos sin un líder para la general pueden ver su oportunidad. Con los gallos teóricamente más preocupados de la etapa del Tourmalet del domingo, una escapada numerosa y de calidad podría ser protagonista y jugarse la victoria.
El terreno, al menos, parece propicio, con una primera mitad que, aunque con repechos, no cuenta con ningún puerto puntuable. De hecho, la dureza puede estar en la velocidad que impriman los ataques para colarse en esa fuga que tenga la oportunidad de hacer camino. Abrir una buena ventaja en los primeros 100 primeros kilómetros para afrontar la segunda mitad, mucho más exigente, en la bella zona de Ordesa.
En apenas 55 kilómetros se acumulan los tres puertos de la jornada, el Alto de Vio (un segunda con bastantes descansillos pero de 14 km al 5%) y el Alto de Fanlo (un tercera de apenas 5 km con algún tramo duro) están encadenados. Tras una larga bajada, aparece el Puerto de Petralba, de unos 9 km al 4,9%, con tramos muy característicos por sus llamativos túneles. El descenso a Sabiñánigo dará paso a un último kilómetro que también pica hacia arriba.
"Creo que esta jornada estará marcada en rojo por muchos corredores que hayan venido a La Vuelta a por un triunfo de etapa. Gente que no haya disputado a tope las anteriores y cuente con el suficiente margen como para que no preocupen de cara a la general y se les permita entrar en las escapadas. Es perfecta para una, con un terreno al principio más comodo y puertos encadenados al final. La salida va a ser muy bonita, porque se rodará muy rápido con intentos protagonizados por muchos equipos sin líderes para la general. Es el caso de los invitados, Burgos y Caja Rural, que pueden reservar a sus corredores más fuertes para días como este.
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A falta de saber si los líderes se involucran en intentar marcar diferencias, la jornada parece propicia para corredores fuertes de cara a una escapada de montaña, como pueden ser los Izagirre, Nans Peters o un activo Tim Wellens. Mucho ojo a los corredores de los equipos invitados, que también pueden tener marcada esta etapa para colar en la fuga a sus ciclistas más fuertes. Si se acierta con los integrantes de la escapada buena, la que consiga ganar el duelo al pelotón, se lograrán buenos resultados.
Apuntes históricos
Huesca vuelve a aparecer como salida de la Vuelta, habitual arranque de jornadas pirenaicas aunque la última vez que lo fue, en 2012, la meta se encontraba en Alcañiz, con triunfo de Purito. Caso parecido al de Sabiñánigo, que la última vez que acogió el desenlace fue en 2008, con triunfo de Greg van Avermaet. La localidad oscense también cuenta con buena tradición de triunfos colombianos: Cadena ganó en 1992, Rincón en 1996 y, la última vez que estuvo presente en La Vuelta, como salida de una jornada que acababa en Formigal, la victoria fue para Nairo Quintana (2016).
Huesca
(Km 0)
Una etapa propicia para las fugas puede ser la oportunidad de los equipos invitados Pro Continentales, caso del Caja Rural y Burgos, de justificar su plaza en la carrera, más cuando el sistema UCI cada vez deja menos margen a su participación en las grandes. Y en 2021 tendrán la competencia de un Euskadi, que se quedó fuera, y la aspiración de otras formaciones nacionales de subir de categoría y aspirar a este privilegio.
Alto de Vio
(km 125)
Tras una primera mitad sin cimas puntuables, la carrera afrontará este puerto inédito cerca de la bella zona de Ordesa. De segunda categoría, pero con casi 14 km al 5%, puede ser terreno para hacer una apuesta por la etapa ya que a partir de aquí se enlazarán dos subidas más prácticamente seguidas.
Alto de Fanlo
(km 136,5)
Tras apenas un descenso de 5 km para bajar de la anterior subida, el Alto de Fanlo se presenta como una prolongación del puerto anterior. Sin grandes pendientes, pero si contamos las dos ascensiones da lugar a un terreno en subida que supera los 20 km y con unos últimos kilómetros sobre el 8%.
Alto de Petralba
(km 166,7)
Quizá la ascensión clave de la jornada, a menos de 20 km de la meta. El Alto de Petralba consta de casi 9 km con un primer tramo duro, con rampas en torno al 10%, y una segunda más tendida aunque muy característica, ya que los corredores atravesarán varios túneles en su camino a la cima.
Sabiñánigo
(Km 184)
Tras casi 20 km de descenso, en otro ejemplo de jornada con llegada en bajada, la resolución de la etapa se vivirá en las calles de Sabiñánigo con una dificultad final: los últimos kilómetros vuelven a picar hacia arriba con una pendiente de un 5% de desnivel, por lo que si no llega un ciclista en solitario, los aspirantes al triunfo deberán haber guardado algo.
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1 Catedral de Huesca
Denominada oficialmente como Catedral de Santa María de Huesca o Catedral de la Transfiguración del Señor, la Catedral de Huesca está ubicada en pleno casco histórico en lo alto de una colina, en la plaza que lleva su nombre, Plaza de la Catedral. Es Monumento Nacional desde el año 1931 y, en la actualidad, Bien de Interés Cultural. Empezó a construirse en 1273 por petición de Jaime I el Conquistador y terminó de ser levantada a mediados del siglo XIV, con reformas en los dos siglos siguientes. La catedral de estilo gótico fue levantada sobre el emplazamiento de la antigua Mezquita Mayor musulmana. Al lado de la catedral se encuentra el Museo Diocesano que está instalado en el antiguo Claustro y Palacio Episcopal.
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2 Muralla de Huesca
La Muralla de Huesca rodea el casco histórico de la ciudad aragonesa. Fue construida en el siglo IX por los musulmanes y, actualmente, está siendo restaurada para su conservación y así evitar posibles desprendimientos. Como curiosa anécdota histórica, a las puertas de la Muralla falleció el rey Sancho Ramírez, después de ser alcanzado por una flecha cuando planeaba la reconquista de Huesca. Tras lo sucedido, la ciudad quedó asediada por las tropas de Pedro I durante seis meses hasta que en 1096 volvió a manos aragonesas. De los 99 torreones originales, hoy solo se conserva el Torreón del Amparo o Torreón del Septentrión, que también ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia y que se encuentra cercano al Convento de San Miguel.
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3 Puente del Portillo de Barbastro
El puente del Portillo comunica la calle Martínez Vargas con la Plaza Guisar. Por debajo pasa el río Vero a su paso por Barbastro. El puente fue reconstruido en el siglo XX siguiendo los planos del antiguo puente. Este, levantado hacia 1600 y volado en la Guerra Civil, era de ladrillo y tenía tres ojos ligeramente desiguales. Anteriormente, en la Edad Media, también existió aquí un puente, probablemente de madera. Su nombre, Portillo (puerta estrecha o pequeña), hace pensar que no fue el acceso principal. Su inauguración fue el día 5 de setiembre de 1801.
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4 Plaza Mayor de Aínsa
Uno de los lugares más admirados por los turistas que visitan Aínsa es su Plaza Mayor. La capital de la comarca de Sobrarbe, en el alto Pirineo oscense, tiene una plaza medieval de grandes dimensiones que parece datar de los siglos XII y XIII. Escenario de fiestas y mercados, la plaza cuenta con numerosos restaurantes, así como con dos prensas comunales de vino que utilizaban todos los vecinos del pueblo que no tenían la suya particular para obtener el mosto del las uvas de la cosecha. Uno de los elementos característicos de la plaza son sus porches laterales, con una sucesión de arcos de medio punto y diversos ojivales. En la Plaza Mayor está el Ayuntamiento y se divisa el castillo.
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5 Pozas de San Martín
Una de las excursiones más bonitas desde Aínsa es a las Pozas de San Martín en el río Sieste. Uno de los elementos más llamativos y sorprendentes para los visitantes es el color esmeralda del agua. Este lugar es la mejor combinación de montaña y baño. La mejor época para visitarlas es la primavera, ya que, con el deshielo, el agua baja con fuerza y deja una bonita estampa. La ruta no es solo apta para expertos excursionistas. Una de las características más peculiares es que no hay un solo camino para hacer la ruta, sino que puedes ir por la senda o, si el agua no fluye con fuerza, puedes ir mojándote los pies por el barranco.
