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LA RUTA DE LA VUELTA

En memoria de papá Indurain

El equipo Seguros Vitalicio consiguió en Sabiñánigo su primer triunfo en la Vuelta de 1998, en la que Prudencio Indurain abandonó por la muerte de su padre.

Prudencio Indurain.
MONDELOEFE

Prudencio Indurain se retiró de la Vuelta a España de 1998 cuando conoció la fatal noticia del fallecimiento de su padre, Miguel Indurain Eugui, a los 73 años, el 12 de septiembre en Pamplona. Pruden corría aquella temporada en el Seguros Vitalicio, un nuevo equipo que dirigía Javier Mínguez. Cinco días después del triste suceso, el navarro visitó a sus compañeros en un hotel de Sabiñánigo, donde también se hospedaba su exequipo, el Banesto.

Aquella jornada había ganado Gianni Bugno, que daba sus últimas pedaladas a los 34 años. El italiano se impuso en Jaca, en la estación de Canfranc, y dedicó la victoria a la familia Indurain, especialmente a Miguel, con quien tanto se había fajado en el Tour de Francia y en el Giro de Italia. "Yo conocía al padre de Indurain y nos teníamos mucho aprecio", dijo Bugno, siempre caballero.

El segundo clasificado en Canfranc fue el entonces prometedor Santi Blanco, el fichaje estrella del Vitalicio. El equipo buscaba la victoria con ahínco, aún no se había estrenado en una grande. En la Vuelta le pasó de todo. El abandono de Pruden no había sido el único. David García y Elio Eggiano también dejaron la carrera, Ángel Casero tuvo un fuera de control… Y más tarde, ya en las puertas de Madrid, Dani Clavero y Juan Carlos Domínguez fueron expulsados por hematocrito alto. De todo…

Al día siguiente de la visita de Prudencio, la Vuelta celebraba una etapa con salida y llegada en Sabiñánigo, cuyo recorrido se había retocado con la supresión del Marie Blanque y el Portalet, para no entrar en Francia por los recientes sucesos de dopaje del caso Festina en el Tour. Aquel 18 de septiembre, al fin, el Vitalicio triunfó con Andrei Zintchenko, un ruso residente en España que en aquella misma edición sumó dos victorias más en Soria, donde residía, y en Navacerrada. Por supuesto, en memoria de Indurain.