Tras la cancelación del paso de la carrera por Portugal, La Vuelta diseñó esta jornada de enorme desgaste a pesar de que no hay puertos de entidad.
La pandemia obligó a La Vuelta a tener que modificar su recorrido, incluido el de esta última semana que iba a visitar al país vecino, Portugal. En su lugar se rediseñaron las jornadas que pasaban por territorio luso y uno de los resultados fue esta interesante jornada de enorme kilometraje. De hecho, la ronda española no programaba una etapa que superara los 230 kilómetros desde 2010, por lo que se puede hablar de la jornada más larga de la década.
Y si ya la extensión puede hacer pensar en el desgaste que puede llevar el pelotón en la última semana de competición, a eso se sumará que el trazado será totalmente quebrado y por carreteras sinuosas. Sin puertos de entidad, pero con hasta cinco cotas de tercera categoría. Una jornada en la que quizá no se pueda pensar en cambios en la general pero sí en la posibilidad de que la fuga llegue, por lo que los primeros kilómetros serán de nerviosismo.
La última dificultad montañosa será el Alto de Padornelo, que se corona a 18 km de la llegada y cuyo descenso lleva hasta Puebla de Sanabria, donde está ubicada la línea de meta, que también contará con cierta pendiente, aunque todo haga pensar que si hay una pugna por la etapa será, como mucho, entre un grupo muy reducido de fugados.
"La etapa más larga de esta Vuelta con 234 km. Otra jornada ideal para las escapadas, algo que añade interés a la carrera porque todos los días habrá en la linea de salida un gran número de corredores que piensen que esta es su oportunidad. Y más cuando las fechas hacen que esta Vuelta sea la última oportunidad de brillar, también para nombres que aún necesiten encontrar un contrato de cara a 2021. El terreno vuelve a ser totalmente rompepiernas, de tremendo desgaste pero que no debe ser suficiente para que existan diferencias de cara a la general, aunque no sería raro ver abandonos de corredores que no estén bien, porque se les puede atragantar".
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Otra etapa propicia para las fugas, pero que a estas alturas de carrera puede estar reservada para los corredores más fuertes con cierto margen en la general. Muy importante la selección de ciclistas polivalentes que se haga para buscar acertar cuál puede meterse en la fuga y dar rentabilidad.
Apuntes históricos
El municipio pontevedrés de Mos debutará como sede de la salida de una etapa de la Vuelta. Desde este clásico punto del Camino de Santiago portugués se marchará hacia Puebla de Sanabria, ya en la provincia de Zamora, en la que será su segunda experiencia como meta de la Vuelta. En 2016 ganó Van Genechten, aunque en esta ocasión su protagonismo llega en la última semana de carrera.
Mos
(Km 0)
Al contrario de la tendencia de los últimos años, La Vuelta también contará con una maratón de 230 km de las que tanto la ronda española como el Tour huyen en los últimos tiempos. Sólo el Giro mantiene estas jornadas de tantos kilómetros. Ejemplo: en este 2020, en el Tour sólo hubo una etapa de más de 200 km, en esta Vuelta hay dos… ¡y en el Giro, ocho!
Alto de San Amaro
(km 55)
Tras un primer tramo de carrera con repechos, llega el primer alto puntuable de la jornada, aún en las carreteras gallegas. Una cota sin demasiada dureza pero que marca el inicio de un sube y baja constante donde poder formar o afianzar la escapada de la jornada.
Alto de Forriolo
(km 93,2)
La tercera dificultad puntuable de la jornada llega con aún 140 km por delante y, aunque no es de excesiva dureza (unos 5 km al 7%), se subirá con ya bastante desgaste en las piernas. Puede ser un momento en el que ya se valore si la escapada que marche por delante puede tener éxito.
Alto de Fumaces
(km 152,8)
Aún en la provincia de Ourense, se ascenderá Fumaces, el puerto más largo de la jornada, con más de 10 km de longitud, aunque con pendientes que rondan siempre entre el 5% y el 7% como máximo, por lo que su dureza estará más en el desgaste que ya llevarán acumulado los corredores.
Alto de Padornelo
(km 212)
La última cota de la jornada tampoco contará con pendientes muy sostenidas aunque apunta a ser el punto clave de la jornada, ya que su descenso lleva hasta la meta ubicada en Puebla de Sanabria, en la que el último kilómetro también contará con cierta pendiente para decidir al ganador.
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1 Castillo de Sobroso
El Castillo de Villasobroso o de Sobroso es un castillo medieval de estilo románico situado en el término municipal de Mondariz, en medio de un parque forestal y a sólo 4,5 kilómetros de Mondariz-Balneario, aunque es propiedad del Concello de Ponteareas, que es quién lo gestiona y lo mantiene. Se construyó en el siglo X, sobre los cimientos de un antiguo castro prerromano, situado en la cima del monte de Landín, y permaneció en activo con funciones defensivas hasta el siglo XV, como residencia de nobles hasta el siglo XVIII y en estado de abandono por casi 200 años.
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2 Monasterio de San Salvador
El Monasterio de San Salvador está en Celanova, al suroeste de la provincia de Ourense. Fue fundado por San Rosendo (una de las personas más influyente de Galicia por entonces) en el año 936 en una villa perteneciente a su hermano, el conde Froila Gutierrez. El edificio actual se empezó a construir a mediados del siglo XVI, pero su gran mayoría data del siglo XVII. La fachada fue la primera obra arquitectónica del nuevo edificio y se pasa de una iglesia románica a un templo barroco. El monasterio se organiza entorno a dos grandes claustros (el procesional y el del poleiro).
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3 Puente de Requejo
Este puente metálico entre los pueblos de Villadepera y Pino del Oro, popularmente conocido como Puente Pino, se construyó con el fin de resolver el grave problema de incomunicación entre la Comarca de Aliste, que comprende las tierras ubicadas en la margen derecha del río Duero, y la Comarca de Sayago, a a izquierda. Se inauguró en el año 1914, fecha en la que era el puente que mayor luz tenía de toda España con sus 120 metros de longitud y 90 metros de altura. De manera errónea se vincula al estilo constructivo de la Torre Eiffel, pero el Puente de Requejo cuenta con una estructura más liviana.
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4 Castillo de Monterrei
A solo 5 kilómetros del casco urbano de la ciudad de Verín, famosa por sus aguas minerales y ubicada al sureste de la provincia de Orense y a orillas del río Támega, está el Castillo de Monterrei. Su origen se remonta a los siglos XIV y XV y actualmente tiene un gran estado de conservación. El castillo fue levantado para ser un enclave estratégico desde la Edad Media en la defensa de la frontera entre el Reino de Galicia y el Reino de Portugal. Además, fue declarado Monumento Nacional en 1931 y, posteriormente, Bien de Interés Cultural. Desde este castillo amurallado se puede disfrutar de magníficas panorámicas del valle de Verín y del río. En la actualidad, pertenece a la red de Paradores Nacionales.
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5 Castillo de los Condes de Benavente
El Castillo de los Condes de Benavente o Castillo de Puebla de Sanabria pertenece a esta localidad de la provincia de Zamora. Este castillo-fortaleza fue construido a finales del siglo XV, entre los años 1477 y 1482, por don Rodrigo Alonso de Pimentel, miembro de la nobleza castellana y poseedor de diversos castillos, y doña María Pacheco (IV Condes de Benavente) y ocupa una posición privilegiada sobre un promontorio rocoso protegido por tres cauces fluviales. En su torre central, la Torre del Homenaje, o como popularmente se la conoce ‘El Macho’, se encuentra el Centro de las Fortificaciones, donde se informa de la historia del castillo, de la villa y de las fortalezas de la provincia.
