Usar gabardina, por ejemplo, no lo convierte a uno en cruyffista. Ni tampoco comer Chupa chups, veranear en El Montanyà, saberse los ríos de Holanda, ...
Aquella lona en el corazón de la Castellana fue una jugada maestra, la versión moderna de la cabeza y la pica.
Un país que antepone la política al fútbol es un país en el que no merece la pena vivir.
Se esperaban muchas cosas de Ronald Koeman pero no que armase un buen equipo: ahí nos ha cogido a casi todos con el pie cambiado.
Para imaginar lo que debe estar sufriendo Ronald Koeman cada vez que un árbitro pita penalti, conviene ponerse en el pellejo del padre de Billy Elliot.
Los más violentos siempre encuentran a un candidato que les promete recuperar privilegios. Es lo que, en lenguaje culé básico, entendemos por voto útil.
Una bolsa de plástico es todo lo que necesita para manejarse con soltura en la vida.
Laporta dejó como herencia una plantilla de valor incalculable, una Masía vigorosa, unas secciones fuertes y bien estructuradas, a UNICEF en la camiseta…
Los tres penaltis de Mestalla, o los dos fallados por Sergio Ramos frente a Suiza pertenecen a esa categoría de las fantasías irrealizables.
La última comisión gestora que tripuló los designios del Barça se ocupó de cerrar el fichaje de Arda Turan, demostración práctica de que la diversión nunca termina del todo en la animada galaxia blaugrana.
Si el fútbol sigue siendo un pasaporte directo a la infancia, Ansu se ha convertido en un recordatorio constante de que las penas se quitan jugando a la pelota.
"Lo que importa es el dinero, el resto es conversación", decía Michael Douglas en Wall Street.
¡Corre como una gacela y pica como una faneca, Ali reinventado para el arte de jugar al fútbol!
A Koeman, más que un equipo de fútbol, le han entregado un marrón del que no saldrá indemne a menos que la afición sea consciente del momento que vivimos.
La nostalgia de Messi empieza a hacer estragos y todavía no se ha ido del todo, como esos amores de verano con los que cortas a mediados de julio.
Se atrevieron con Sarah Connor, con Johan Cruyff, con Pep Guardiola
Hay que hablar del acoso al que docenas de cuentas relacionadas con los Boixos Nois someten diariamente a periodistas, columnistas, blogueros y otros opinadores en general.
Sandro Rosell lleva semanas promocionando su último libro, una premisa inquietante porque nos recuerda que anteriormente ya había escrito otro...
Ver a Joan Laporta ganando enteros en las encuestas es algo con lo que, a estas alturas de la vida, uno ya no contaba
Que el Madrid nos quite esta Liga -robando- empieza a parecerme un acto de justicia, casi una bendición para un equipo que necesita reaccionar si todavía aspira a despedir a Messi como se merece.
Jovic parece dispuesto a colarse en la historia del Madrid por el hueco de la escalera, esa portezuela de acceso incómodo hacia el imaginario colectivo.
El miedo, para surtir verdadero efecto en el lector, viene siempre precedido de cierta calma.
Podremos utilizar la excusa del fútbol para esquivar una tortura veraniega: ir a la playa.
A Sandro Rosell lo condenó una parte de la opinión pública mucho antes de que la justicia dictara sentencia, lo sé porque yo mismo formé parte de aquel jurado tuerto que inundó con sus prejuicios las redes sociales, las plazas y algún que otro bar.
Josep Maria Bartomeu es el presidente del Barça y todavía son muchos los que conceden al cargo naturaleza divina.
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